Lo que ignoran o prefieren ignorar los defensores de las represas en Aysén

Por Erwin Sandoval Gallardo.




Quienes usualmente defienden y son partidarios de estas iniciativas, se esperanzan con la oferta, realizada principalmente por HidroAysén, y refrendada por la resolución de calificación ambiental (RCA), de rebajar en un 50 % los costos de la energía en la región de Aysén.

Hace un par de días la revista “Qué Pasa Energía” publicó el artículo “Voces de Aysén, que intenta graficar las distintas visiones existentes en nuestra región respecto de la instalación de las represas de Energía Austral e HidroAysén.  En ella hay tres argumentos –que he escuchado en otras ocasiones por quienes defienden tales proyectos – que dan cuenta de lo que denominaré irreflexivo apoyo de estos “dirigentes sociales” a este tipo de iniciativas.

 Energía más barata

Muchos de quienes usualmente defienden y son partidarios de estas iniciativas, se esperanzan con la oferta, realizada principalmente por HidroAysén, y refrendada por la resolución de calificación ambiental (RCA), de rebajar en un 50 % los costos de la energía en la región de Aysén.
Como lo señalara Jorge Lara –aludido en el artículo– en mayo pasado, durante una entrevista en Radio Santa María a raíz de su visita a Santiago para entregar firmas al ministro Larroulet en favor de las represas en los ríos Baker y Pascua, ellos sólo “confían en la palabra de la empresa de que dicha promesa se cumplirá”.  No hay más argumentos en tal incierto posible futuro escenario que la sola confianza depositada.
Consultado Lara sobre las cerca de 20 reclamaciones presentadas por la propia empresa HidroAysén ante el Comité de ministros –dentro de las cuales está la que apunta a que no pueden asumir en propiedad el compromiso de rebajar los costos de la energía en Aysén puesto que no depende exclusivamente de ellos– el entrevistado reconoció su ignorancia sobre el particular e insistió en la “confianza” que tiene de que HidroAysén cumplirá con lo prometido.
Ahora bien, ¿se puede confiar en la palabra de una empresa que flagrantemente miente al decir a la ciudadanía que rebajarán los costos energéticos en la región de Aysén, pero que a la institucionalidad ambiental le pide que dicha exigencia sea eliminada de la RCA porque depende de decisiones de terceros?

Menor consumo de leña

Llama la atención la afirmación realizada a “Qué Pasa Energía” por Carlos Olivares, presidente de “La Voz de la Patagonia”, organización recién creada para defender los proyectos hidroeléctricos, al destacar las bondades de estos dos mega proyectos asegura que en la región se queman 550 mil m3 de leña al año, lo que afecta los bosques y la calidad del aire de algunas localidades. Sostiene que si esta leña fuera reemplazada por calefacción en base a electricidad, se talarían menos árboles y se contaminaría menos el aire y finalmente agrega que esta mirada medioambiental es compartida por el presidente del sindicato de la locomoción colectiva de Puerto Aysén, Jorge Lara, quien sostiene que “¿Si seguimos sacando leña, en un par de años qué vamos a dejar a nuestra descendencia?”.
No obstante estar de acuerdo con los entrevistados respecto de lo poco sustentable que es la calefacción a leña en las condiciones actuales (verde, con deficientes medios de combustión, sin planes de manejo, con escasa aislación térmica de las construcciones… es decir, sin una cultura e institucionalidad térmica) y los efectos ambientales que ello genera, la verdad es que no es dable deducir de ello que las represas –por el sólo motivo de entrar en operación– son buenos proyectos y una solución a dichos problemas.
No son la solución por un tema bien sencillo: La energía generada por la eventual materialización de HidroAysén y Energía Austral será inyectada al Sistema Interconectado Central, que abastece de energía desde el nortino Tal Tal al sureño Chiloé.
La pregunta entonces es, ¿cómo reemplazamos la calefacción a leña por calefacción eléctrica –proveniente de estos megaproyectos– si esta jamás se inyectará en esta región? ¿Imposible no?  Y esto está relacionado con el tema anterior: no hay seguridad de que se logre rebajar el costo de la energía en nuestra región, con lo cual, y como lo señalan algunos expertos, nos condenaríamos a un problema mayúsculo, toda vez que la calefacción eléctrica es la fuente de calefacción más cara.
La alternativa es profundizar el proceso que dará sustentabilidad al consumo de leña en Aysén, parte de la economía y la cultura regional.  ¿Alguien ha pensado en el costo social de dejar de comprar leña y traspasar esos recursos a las empresas eléctricas? Lo que se debe hacer es usar leña seca y que provenga de planes de manejo, mejorar el equipamiento de combustión, mejorar el aislamiento térmico de casas y edificios.

Cumplimiento de normativa ambiental

Una vez más recurriremos al dirigente de la locomoción colectiva de Puerto Aysén, Jorge Lara, quien entrega insumos suficientes para develar las deficiencias de estos proyectos.
En el mencionado artículo desliza la siguiente afirmación: “que está por aprovechar las oportunidades que podría brindar la instalación de río Cuervo, siempre y cuando los proyectos cumplan con las normativas.”
Sorprende que a estas alturas aún se insista en argumentos como el anterior, demostrando profunda ignorancia, primero, de lo sancionado por la propia Corte Suprema respecto del proyecto río Cuervo y segundo, de lo reconocido por la Cámara de Diputados respecto del HidroAysén.
Recordemos.
En fallo del 11 de mayo de 2012 el máximo tribunal revocó la aprobación ambiental del proyecto río Cuervo –otorgada por la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén el 8 de mayo de ese año– por cuanto se vulneraba la normativa ambiental, toda vez que éste carecía de estudios geológicos en su área de emplazamiento, lo que supone un serio riesgo para la vida de las y los habitantes de Puerto Aysén.
Por su parte, la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, en el informe que evacuara respecto a las irregularidades ocurridas en el proceso de evaluación de los impactos ambientales del proyecto HidroAysén –lo que posteriormente fue ratificado por el pleno de dicha corporación– reconoce las serias vulneraciones a la normativa ambiental cometidas durante el proceso.
Entonces, ¿por qué manifestarse de acuerdo con proyectos que, según lo ha fallado la Corte Suprema en un caso, y la Cámara de Diputados en el otro, no han cumplido con la legislación ambiental aplicable en la materia? ¿Cómo se defiende un proyecto que hasta el propio presidente Sebastián Piñera ha señalado que hay materias como el efecto de vaciamiento recurrente de lagos glaciares, que en la RCA del proyecto se dejó sin evaluar?
Antes de concluir, me quiero detener en la siguiente afirmación del señor Fernando Chible, empresario turístico de la zona quien sostiene  “Hoy estoy a favor de HidroAysén, pero si se aprueba el proyecto (por el Comité de Ministros) vamos a tener que estar al otro lado de la mesa para negociar. Para que nuestra región gane, tenemos que tener la llave de la luz acá y no en Puerto Montt”.
Sobre esto sería necesario comentar al vecino que esta posibilidad, en la actual etapa de tramitación del proyecto, no existe. Y las que existieron, ya son parte del pasado. Por lo tanto, en vez de haber respaldado de forma tan, en mi opinión, efusiva a estos proyectos y de hacer exigencias extemporáneas, hubiese sido mejor que esa “llave de la energía” la hubiese utilizado en las etapas procesales correspondientes.  Esto, ya que las exigencias a los proyectos quedan materializadas en una RCA, la cual pese a poder ser modificada o dejada sin efecto por el Comité de Ministros u otra instancia administrativa o judicial, no puede ser “negociada” por los particulares hoy en día.
Y ese trabajo, el de las exigencias, lo realizaron quienes se oponen a estos proyectos.  No quienes los respaldan, a la luz de los antecedentes, irreflexivamente desde un inicio.

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