“La única posibilidad sensata y responsable es rechazar un proyecto de represa que se propone construir sobre una falla activa”

El gobierno debe ser serio y responsable con su gente, en este caso con los ayseninos. La única posibilidad sensata y responsable es rechazar un proyecto de represa que se propone construir sobre una falla activa”.  Tal es la advertencia que el Consejo de Defensa de la Patagonia (CDP) ) hace ante la inminente votación de la central río Cuervo –de la sociedad Energía Austral, controlada por la minera suiza Xstrata Copper- considerando que este miércoles 4 vence el plazo que el Servicio de Evaluación Ambiental dio a los órganos del Estado para visar el respectivo Informe Consolidado de Evaluación.  A partir de esa fecha, la Comisión de Evaluación Ambiental puede tomar la decisión en cualquier momento.

Daniela Castro, recordó que Sernagemonin señaló en su oportunidad la necesidad de analizar alternativas de relocalización del proyecto, producto del “grado de exposición a diversos peligros geológicos: volcánicos, fallas activas, remociones en masa”. 

Daniela Castro, coordinadora técnica de la organización, recordó los fuertes cuestionamientos que en su oportunidad hizo al proyecto el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), llegando a plantear su relocalización.  “En consideración a la ubicación del proyecto con respecto a la componente geológica, se observa que la central hidroeléctrica está asociada a una zona con alto grado de exposición a diversos peligros geológicos: volcánicos, fallas activas, remociones en masa, entre otros. Debiera estudiarse alternativas de localización” señaló el servicio en su pronunciamiento de octubre de 2010
Lamentablemente, como vimos en el caso de HidroAysén, tales indicaciones fueron posteriormente eliminadas, no entendiendo cómo esto pudo ocurrir en circunstancias que la falla sigue ahí, los sismos siguen ocurriendo y Puerto Aysén, localidad de 20 mil habitantes que está seriamente amenazada por este proyecto, no se ha cambiado de lugar” señaló Castro.
Recordó la profesional que en su informe Sernageomin reiteró que “con relación al ámbito de competencia de este servicio, el estudio en cuestión adolece de información relevante y esencial para efectos de calificar ambientalmente el proyecto, lo que no ha sido subsanado con la presente adenda”.  Tal frase es la que contempla el artículo 24 del reglamento del SEIA y que apunta al rechazo del estudio de impacto ambiental (EIA) y a que no se soliciten nuevas aclaraciones, rectificaciones y ampliaciones a éste.
Las advertencias del organismo público no son menores.  La falla Liquiñe-Ofqui fue la responsable del terremoto y ola gigante que el 21 de abril de 2007 terminó con la vida de 10 personas en el fiordo Aysén, situación que la empresa no consideró en el EIA presentado originalmente, toda vez que “se observa un cambio importante en el diseño de las presas, ya que se indica que ambas tendrán juntas verticales, debido a que  ambas presas son cortadas por fallas, situación no comunicada en el EIA” señaló Sernageomín.
Lo extraño –acotó Castro- es que luego, en diciembre de 2011, Sernageomín cambia drásticamente de opinión y da su conformidad al EIA
Además existe incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir con el portezuelo hacia el río Tabo, donde también existen fallas y un subsuelo de comportamiento incierto con posible filtración.  Esto se agrava con que el embalse quedaría a sólo 3 metros bajo el portezuelo, ¿qué pasa en caso de una ola de lahar -desprendimiento- o liquificación de glaciar por acción volcánica o por un sismo?” se preguntó la profesional, añadiendo que en el EIA sólo habrían evaluado flujo de lava y olas por viento.
Pero los problemas geológicos no son las únicas dificultades del estudio.  El proyecto pretende hacer desaparecer los lagos Yulton y Meullín, generando un único embalse de 13 mil hectáreas en un área prácticamente intocada de la Patagonia chilena.  Así lo ha señalado públicamente el académico de Universidad de Concepción, Claudio Meier (PhD en Ecohidráulica), quien encabezó el team de expertos de la DGA que evaluó el EIA original.  Sobre el sector en que se pretende emplazar la obra dijo en mayo pasado que es “un lugar completamente prístino, donde no hay especies acuáticas introducidas. Este valle tiene hoy dos lagos grandes, el Yulton y el Meullín, una serie de lagunas, extensos humedales y varios ríos. Todo esto quedaría bajo las aguas del embalse, perdiéndose un paisaje de ensueño, donde el único impacto humano directo que ha habido en la cuenca alta del Cuervo es pastoreo estacional de vacunos, hasta inicios de los años 70”.
A esto se agregan observaciones relacionadas con el fenómeno de marea roja. La Subpesca señaló en su oportunidad que "durante el llenado habrá un periodo de 15 a 24 meses en que el fiordo recibirá sólo la cantidad correspondiente a 3m3/s de agua dulce, generando un incremento local y temporalmente de la salinidad. Esto puede generar una intromisión hacia el interior del fiordo, de la pluma salina. La importancia de lo anterior radica en que la presencia de la microalga nociva Alexandrium catenella (marea roja) en el fiordo está limitada por la salinidad".  Y con relación a la biodiversidad, el mismo organismo relevó la pérdida irremediable de flora y fauna de condiciones extraordinarias, como por ejemplo la "desaparición definitiva de cuerpos prístinos y sin presencia de biota exótica de los lagos Yulton y Meullín, laguna Quetro, del río El Desagüe y eventualmente del río Cuervo".
Esta represa es absolutamente insustentable, tanto desde un punto de vista ambiental, como de riesgos a las personas y de diseño de la ingeniería” indicó Daniela Castro, concluyendo que “todas estas observaciones se refieren exclusivamente a los embalses de río Cuervo y no hablan de las obras anexas como escombreras, campamentos, rellenos sanitarios, ni de los otros dos proyectos en carpeta como son las represas Blanco y Cóndor, las líneas de transmisión necesarias para transmitir la energía ni todos los impactos sociales negativos”.

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