El negocio del agua en la Patagonia

Una de las reservas de agua dulce más grande del mundo se encuentra en la zona más austral del cono sur: la Patagonia. Allí, germina un proyecto fruto de la empresa energética española-italiana Endesa y la chilena Colbún. Se trata de la construcción de dos centrales hidroeléctricas en el Río Baker y tres en el Río Pascua, ambas en la Región de Aysén, al sur de Chile.



Hablamos de un total de 5.910 hectáreas para abastecer de energía a Santiago y al norte de este país sudamericano. Como consecuencia, uno de los tendidos eléctricos más grandes del planeta -2.300 km- que ha provocado un enorme rechazo entre los ciudadanos y las organizaciones ecológicas. El repudio a esta megaconstrucción -en la que Endesa sostiene el gran aporte energético que le dará a Chile y sus ciudadanos-, tiene que ver con la célebre frase “pan para hoy y hambre para mañana“, ya que según los ambientalistas, es un “proyecto sucio que inundaría miles de hectáreas dejando de lado el aprovechamiento de las energías renovables”.

Desde el pasado 20 de junio, el proyecto hidroeléctrico Aysén –conocido como Hidroaysén- se mantiene paralizado debido a los múltiples recursos de protección interpuestos en contra de la decisión que, adoptara en su momento la Comisión de Evaluación Ambiental de la región sobre irregularidades e ilegalidades en el mismo. Por su parte, el Consejo de Defensa de la Patagonia considera que el proyecto “no está definitivamente aprobado”.

Este organismo asegura que la tramitación del otro proyecto de represas en la Patagonia (Río Cuervo de Energía Austral) está suspendido hasta el 15 de diciembre de 2011, mientras la empresa prepara sus respuestas a las observaciones que le hicieran los servicios públicos.

¿Se necesitan represas en la Patagonia?
 
La explotación del agua, garantizada desde el año 1981 y registrada en el código de aguas del país, autoriza a las empresas privadas extranjeras a aprovechar a su antojo los recursos hídricos chilenos. La electricidad es uno de los sectores más atractivos para las grandes inversiones porque garantiza una alta rentabilidad en poco tiempo.

Este motivo favorece la construcción de centrales hidroeléctricas o represas en detrimento del aprovechamiento de otras energías. Un claro ejemplo de un mejor aprovechamiento sería la utilización de la energía solar en el desierto de Atacama que, según los defensores de la Patagonia “con tan sólo un 1% de ella  podría generarse más energía que con el proyecto Hidroaysén”.


Identidad Patagónica
Existen 14 familias en la región de Aysén que serían desplazadas y otras tantas deberían salir del área durante la construcción. Según el Coordinador de Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida y director de CODEFF, Peter Hartmann, el impacto demográfico y cultural sería “mayúsculo al más que doblarse la población del área con cerca de 5000 trabajadores externos, impacto que la empresa dice que va a mitigar evitando que su gente se mezcle con los lugareños”.

Endesa, por su parte, argumenta que “las obras crearán nuevas formas de trabajo entre la población”; una población dedicada exclusivamente a la producción y el cultivo y, por lo tanto, no capacitada para desempeñar este tipo de trabajos.

Los pueblos indígenas, los parques nacionales y las tierras vírgenes de la Patagonia sufren el llamado negocio del agua, que continuará mientras exista un pez grande que devore al más pequeño.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario