Cuenca del Baker en Aysén: Una cuenca seca para los aiseninos



Hoy como aisenino y como chileno, quedo atónito al ver en la práctica las implicancias de ese acto y cómo en mi región, con esta forma de hacer las cosas por parte del Estado chileno, se está permitiendo que esta ilegalidad sea legal.
La cuenca del Baker en la región de Aysén, es la cuenca más grande de Chile, en ella encontramos el segundo lago más grande de latino-América, General Carrera, y la segunda reserva de agua dulce del planeta, los campos de hielo norte.
Hoy lamentablemente esta cuenca que es de una importancia estratégica para el país, por lo que significa el recurso agua para una nación, es hoy lo que se denomina y se reconoce legalmente en Aysén como una cuenca seca. Seca para los aiseninos, para los chilenos y para toda la nación en general, porque pertenece en su totalidad a ENDESA del grupo Colbún-Matte, que se apropió de los derechos de agua de Aysén en el último trimestre de la administración militar, donde a espaldas de los pobladores de la región y de Chile, se adueñaron de estos derechos y Aysén, sin saberlo, perdió el derecho de su bien más preciado: el agua.
Hoy como aisenino y como chileno, quedo atónito al ver en la práctica las implicancias de ese acto y cómo en mi región, con esta forma de hacer las cosas por parte del Estado chileno, se está permitiendo que esta ilegalidad sea legal, haciendo que Aysén esté al borde de la destrucción total con el proyecto pretendido por HidroAysén, que quiere hacer uso de esos derechos, interviniendo los ríos Baker y Pascua, que son parte fundamental de la cuenca del Baker y construir en ellos cinco represas para la generación de energía eléctrica y la posterior venta de esa energía, al proyecto Pascua Lama en el norte del país, a la gran industria minera del norte y según las últimas informaciones de prensa transmitidas por nuestro embajador en ese país, el ex senador por Aysén Adolfo Zaldívar, la venta de energía a la Argentina.
El lobby realizado por la empresa ha sido tan fuerte dentro del país, que han conseguido que a pesar de las notables irregularidades de la intención y de un estudio ambiental ineficiente y paupérrimo, lleno de omisiones y inexactitudes, que tiene creído al 39 % del país, de la necesidad de generar más energía, porque de no ser así, nos quedaremos sin energía domiciliaria, cuando la verdad es que lo que se necesita hoy no es más, sino mayor eficiencia en su uso. La energía que se genera en el país, solo el 17 % es para uso domiciliario, el restante 83 % es de uso industrial, lo que contradice lo expuesto por HidroAysén en su campaña publicitaria.
La verdad es que esa necesidad es una creación irreal de parte de la empresa y los mismos medios de comunicación (TV y Prensa) que domina la empresa, para generar esa visión y esa necesidad en la población, que no son más ni menos que los intereses de estos grupos económicos, que usan estas transnacionales en contra de su mismo país y eso es lo más triste, que para hacer su negocio, sin pensar en sus conciudadanos y las implicancias futuras para el país.
A pesar de todo esto, la última encuesta reveló que el 61% de los chilenos está en contra del proyecto y que no se ha creído en lo absoluto el discurso de la empresa y menos del gobierno, teniendo la certeza este 61%, que el proyecto no es necesario, por lo contrario, está claro por la ciudadanía que -en general- solo implicaría la destrucción de la región de Aysén y no resolvería nada, porque no hay nada que resolver.
Hoy el verdadero tema en Aysén, con relación al proyecto de HidroAysén y esto es lo que se tiene que entender fuera de Aysén, no es el hecho de estar a favor o en contra del proyecto, ya que se entiende y se respeta que los contra y los a favor tienen sus propias teorías, que sustentan su postura, pero lo que los habitantes de Aysén buscan, es simplemente que las cosas se hagan bien y se ajusten a derecho, eso y nada más, ya que “destruir es gratis”, pero “reconstruir es caro”.
No queremos ser en Aysén y que me disculpen los habitantes del norte del país y de Magallanes: una región destruida, una región que se entera después de las aprobaciones, que los procesos fueron fraudulentos con las cuales se efectuaron las respectivas evaluaciones y que más que nada, fue un tongo gubernamental un acto teatral, que después nadie es capaz de rectificar aunque los hechos demuestren lo contrario, como ocurrió en Castilla, Campiche, Isla Riesco con la mina invierno, la más grande de latinoamérica a tajo abierto, lo que es al día de hoy una aberración de la edad de piedra equivalente con lo que se quiere hacer en Aysén, que fue avalado por el gobierno, que se supone es moderno y con visión de futuro. Lo que queremos en Aysén es que se respeten los protocolos y los procedimientos, solo eso, es mucho pedir, estamos mal en exigirlo es un despropósito.
Es preocupante que en un país como el nuestro, donde nos creemos serios, democráticos y participativos un país con altura de miras, ante los hechos que son inobjetables a la vista de todo el mundo y de la gran gama de irregularidades denunciadas por la precariedad del asidero del proyecto de HidroAysén y su intención, a pesar que el 61 % de la población del país este contrario a él; el gobierno y esté dispuesto a darle su venia y sacrificar a Aysén destruyéndolo, aunque en ello obtenga un costo político redundante en su contra, que marcará un antes y un después en la evaluación del mismo gobierno.
Lo que se está viviendo en Aysén es de una realidad aplastante y ha dejado al descubierto muchas irregularidades ante el tema y su verdaderas implicancias, en donde un organismo como el SEA (Servicio de estudios ambientales) tenga que la responsabilidad inaudita de realizar una evaluación a tan importante proyecto, encontrándonos con que estos seremis de gobierno no tienen el pedigree necesario para tan importante tarea, no son especialistas; resultando que el mismo director ejecutivo del SEA el señor Eduardo Lagos presenta la renuncia a su cargo, que es vital y estratégico para la comisión evaluadora, por ser el titular de medio ambiente y quien se supone es el que más sabe, alegando presiones indebidas por parte de grupos ecologistas de Aysén, pero que al vivir en la región y conocer su realidad, te das cuenta sin duda alguna que eso es lo que dice el profesional para quedar bien con su empleador, en este caso el gobierno y no verse cuestionado en su ideología y su forma, menos perder los créditos y quedarse sin trabajo; pero que en verdad la renuncia que presentó este profesional, fue producto de su conciencia y no querer pasar a la historia de Aysén, como el que la vendió, porque sabe perfectamente que al fin las cosas se sabrán.
Estos profesionales que de verdad no tienen la culpa de nada, son meras piezas del gobierno central, que son utilizadas para hacer su trabajo sucio (gajes del oficio de seremi) y ellos en el fondo lo saben y eso debe pesar demasiado en las conciencias de estas personas, sobre todo cuando se descubren las irregularidades acontecidas en el MINVU Aysén, en donde se cambió de un día para otro un informe rechazando el proyecto, a la aprobación al día después, hecho que fue denunciado por el senador Girardi, quien es ni más ni menos el presidente del Senado, lo que no es menor.
Si a eso le sumamos lo acontecido en CONAF, donde se falsificaron documentos de CONAF Aysén, donde se rechazaba el proyecto, donde en CONAF Santiago días después los cambiaron a favor del proyecto, más las innumerables omisiones del estudio de impacto ambiental, más la total falta de ética de la
empresa para con los habitantes de Aysén y del país, malversando la información; son hoy un hecho de la causa incuestionable que no podemos hacer la vista gorda los aiseninos.
Finalmente, de aprobarse en estas condiciones este proyecto, se dará pie a innumerables problemas posteriores, asuntos que hoy ni siquiera tenemos la capacidad de predecir y menos imaginar dónde nos llevarán, todos sabemos cómo se empieza pero nadie sabe cómo se termina y, probablemente, impidiendo que nos desarrollemos en paz, tal como nos merecemos los aiseninos y con la dignidad que nos corresponde.

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