Con investigación que cuestiona hipótesis de U. de Chile. Rectoría del plantel dará a conocer esta semana un informe del científico de la UACh Eduardo Jaramillo que rebate la hipótesis del académico de la casa de Bello, Víctor Marín, quien indicó que factores climáticos provocaron el desastre ecológico en el Río Cruces. La Nación, 30 de septiembre de 2008.
La rectoría de la Universidad Austral (UACh) recibió la semana pasada un informe elaborado por el profesor Eduardo Jaramillo, en el cual se refuta la hipótesis que libera a la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) de toda responsabilidad en el daño ambiental del santuario de la naturaleza Carlos Anwandter y que fue elaborada por el académico Víctor Marín de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Fuentes de la UACh dijeron a La Nación que la universidad en pleno apoyará el trabajo realizado por Jaramillo, investigador que lideró los primeros estudios que determinaron la gran cuota de responsabilidad de Celco en la situación ambiental del río Cruces, mediante una declaración pública y una conferencia de prensa que se dará a conocer esta semana.
Marín, junto a su equipo, planteó en mayo que la muerte del luchecillo en el humedal del río Cruces fue provocada por una baja en el caudal, por la disminución de las lluvias y por tres episodios de bajas de temperaturas durante 2004, a diferencia de la tesis de la Universidad Austral, que atribuyó su desaparición a los cambios en la calidad del agua provocados por la presencia de metales pesados atribuibles a la instalación de la planta de celulosa.
Estudio clave
El planteamiento de la Universidad de Chile fue un balde de agua fría para el Gobierno, ya que la Corporación Nacional Forestal (Conaf) le había encargado a la Facultad de Ciencias la elaboración de un "Modelo Conceptual del Ecosistema del Humedal del Río Cruces", estudio clave para echar a andar el plan de gestión integral del santuario tras el desastre ecológico.
Se supone que el informe que preparaba Marín y compañía era la columna vertebral para determinar los futuros pasos a seguir en la recuperación del santuario, labor que tiene a su cargo la Conaf. Sin embargo, a la Conaf no le pareció que el académico se saliera de los parámetros del contrato y elaborara una hipótesis que exculpaba a Celco y se oponía a las conclusiones del estudio del plantel valdiviano encargado (en 2004) por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) y cuyos argumentos son los utilizados por los abogados del Consejo de Defensa del Estado (CDE) en el juicio contra la empresa forestal por daño ambiental.
Por esta razón, pero en especial por no ajustarse a los términos del contrato por 160 millones de pesos, es que la Conaf resolvió el 24 de julio caducar el convenio firmado por el decano de ciencias, Raúl Morales, en septiembre de 2007. Esto significa que la corporación ya no quiere ningún tipo de arreglo con la universidad. La situación es compleja y lo más probable es que termine en tribunales, porque Marín recibió un adelanto del 40%. El fin del contrato y la ofensiva de la Universidad Austral ponen así una lápida a las conclusiones de un estudio que fue ampliamente aplaudido por la industria forestal y difundido por Celco en los medios y en tribunales para dar cuenta de "su inocencia" en una de las peores crisis ecológicas del país.
Frente a esta situación, uno de los voceros del movimiento ciudadano Acción por los Cisnes (APC), José Araya, exigió claridad a las autoridades y la realización de una reunión urgente para definir de una vez por todas los pasos que se seguirán para recuperar el humedal, tras el fracaso del estudio de la Casa de Bello.
PLAN DE RECUPERACIÓN EN “PUNTO MUERTO”
La rectoría de la Universidad Austral (UACh) recibió la semana pasada un informe elaborado por el profesor Eduardo Jaramillo, en el cual se refuta la hipótesis que libera a la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) de toda responsabilidad en el daño ambiental del santuario de la naturaleza Carlos Anwandter y que fue elaborada por el académico Víctor Marín de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Fuentes de la UACh dijeron a La Nación que la universidad en pleno apoyará el trabajo realizado por Jaramillo, investigador que lideró los primeros estudios que determinaron la gran cuota de responsabilidad de Celco en la situación ambiental del río Cruces, mediante una declaración pública y una conferencia de prensa que se dará a conocer esta semana.
Marín, junto a su equipo, planteó en mayo que la muerte del luchecillo en el humedal del río Cruces fue provocada por una baja en el caudal, por la disminución de las lluvias y por tres episodios de bajas de temperaturas durante 2004, a diferencia de la tesis de la Universidad Austral, que atribuyó su desaparición a los cambios en la calidad del agua provocados por la presencia de metales pesados atribuibles a la instalación de la planta de celulosa.
Estudio clave
El planteamiento de la Universidad de Chile fue un balde de agua fría para el Gobierno, ya que la Corporación Nacional Forestal (Conaf) le había encargado a la Facultad de Ciencias la elaboración de un "Modelo Conceptual del Ecosistema del Humedal del Río Cruces", estudio clave para echar a andar el plan de gestión integral del santuario tras el desastre ecológico.
Se supone que el informe que preparaba Marín y compañía era la columna vertebral para determinar los futuros pasos a seguir en la recuperación del santuario, labor que tiene a su cargo la Conaf. Sin embargo, a la Conaf no le pareció que el académico se saliera de los parámetros del contrato y elaborara una hipótesis que exculpaba a Celco y se oponía a las conclusiones del estudio del plantel valdiviano encargado (en 2004) por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) y cuyos argumentos son los utilizados por los abogados del Consejo de Defensa del Estado (CDE) en el juicio contra la empresa forestal por daño ambiental.
Por esta razón, pero en especial por no ajustarse a los términos del contrato por 160 millones de pesos, es que la Conaf resolvió el 24 de julio caducar el convenio firmado por el decano de ciencias, Raúl Morales, en septiembre de 2007. Esto significa que la corporación ya no quiere ningún tipo de arreglo con la universidad. La situación es compleja y lo más probable es que termine en tribunales, porque Marín recibió un adelanto del 40%. El fin del contrato y la ofensiva de la Universidad Austral ponen así una lápida a las conclusiones de un estudio que fue ampliamente aplaudido por la industria forestal y difundido por Celco en los medios y en tribunales para dar cuenta de "su inocencia" en una de las peores crisis ecológicas del país.
Frente a esta situación, uno de los voceros del movimiento ciudadano Acción por los Cisnes (APC), José Araya, exigió claridad a las autoridades y la realización de una reunión urgente para definir de una vez por todas los pasos que se seguirán para recuperar el humedal, tras el fracaso del estudio de la Casa de Bello.
PLAN DE RECUPERACIÓN EN “PUNTO MUERTO”
La crisis en el humedal del río Cruces comenzó en 2004. La muerte de cisnes de cuello negro conmocionó al país y la Conama encargó un estudio a la Universidad Austral. Tras la investigación se acordó elaborar un Plan de Gestión Integral del santuario para su recuperación, en 2005. Dos años después, en el marco de este plan, se licitó un estudio para generar un “Modelo Conceptual del Ecosistema del Humedal del Río Cruces” que se lo adjudicó la Universidad de Chile, y que ahora fue caducado. “Creemos que sería importante que Conaf vuelva a reunir a los actores que están comprometidos con la recuperación del humedal, instancia a la que también nosotros podríamos asistir para dar algunas recomendaciones en base a la experiencia del movimiento ciudadano, sobre qué sería importante para comenzar el proceso de recuperación”, dijo José Araya de Acción por los Cisnes.
FUENTE: Terram
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