El conflicto ambiental que enfrenta Escondida

La empresa pidió reconsiderar la negativa ante el Consejo de Ministros.

Minera Escondida planea desarrollar un proyecto de extracción de aguas subterráneas en la zona de Pampa Colorada por US$ 300 millones, destinado garantizar el suministro futuro de la firma para lo que presentó un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en enero de este año. Sin embargo, sus intenciones de concretar esta iniciativa se han visto un tanto truncadas. Esto a raíz de que el 25 de octubre la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) de Antofagasta lo rechazó por unanimidad, aduciendo entre las razones para dicho rechazo que la mayoría de los servicios cree que faltó información sobre el proyecto. En una rápida reacción y anticipándose a la eventual negativa de la Corema, la compañía ya solicitó la reconsideració n de la resolución de calificación ambiental ante la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) para que sea evaluada por el Consejo de Ministros. Agua de napas El objetivo del proyecto es extraer agua de las napas subterráneas de la zona cercana a Socaire y San Pedro de Atacama, para llevarla por 190 kilómetros hasta la mina a través de un sistema de tuberías, evadiendo una cincuentena de sitios arqueológicos. De ahí su alto costo. Pero ha enfrentado un fuerte rechazo por parte de las comunidades indígenas, dado que esta es una de las zonas más áridas del mundo y temen que la extracción masiva de los acuíferos termine afectando su ecosistema. La firma, por su parte, ofrece mitigar eventuales impactos, con una recarga artificial de agua para mantener la superficie de los bofedales y los caudales de alimentación de las lagunas. Escondida planea extraer un caudal promedio anual de 1.027 litros de agua por segundo, para reemplazar las actuales fuentes de agua cuya explotación se torne inviable en el tiempo, hecho que podría complicar sus niveles productivos. La minera es la única que desaliniza agua de mar para sus procesos (525 litros por segundo) que envía hacia la mina a 3.000 metros de altura, por lo que en caso de fallar el proyecto no descarta elevar la capacidad de esa planta.