El proyecto para construir cinco centrales hidroeléctricas en la Patagonia ha enfrentado no sólo a las empresas inversionistas con sus detractores. Las dificultades en la tramitación ambiental, la gestión y el manejo político del conflicto, han provocado que al interior del grupo Matte surjan voces críticas respecto de su participación y también del rol de sus socios de Endesa. Los españoles retrucan que todas las decisiones se han tomado en conjunto.
Las aguas en torno del megaproyecto HidroAysén están lejos de aquietarse. Luego de que la Corema de la XI Región optara por seguir con la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) -y consolidar las 3.150 observaciones realizadas-, la empresa estaba a la espera de ser notificada y evaluar en qué plazo entregará su respuesta.
Entretanto, los socios del megaproyecto, Endesa y Colbún, comienzan a sacar las primeras lecciones de la etapa inicial del proceso que comenzó el 14 de agosto pasado, cuando el EIA ingresó al sistema de evaluación (SEIA). Frases como "nunca pensamos que el camino sería fácil" o "esto recién parte", se escuchan entre los ejecutivos y directores de HidroAysén, a ambos lados de la sociedad. Sobre todo porque la Fase II de la tramitación será tanto o más complicada que la actual, ya que incluye el EIA y las expropiaciones necesarias para instalar las líneas de transmisión.
No son las únicas conclusiones. En forma incipiente comienzan a surgir las primeras diferencias entre los partners del ambicioso proyecto que demandará una inversión de US$ 3.200 millones: la familia Matte -por el lado de Colbún- y los ejecutivos de Endesa -propiedad de la hispana Acciona, por el otro-.
Dentro del grupo CMPC hay visiones disímiles respecto de cómo se ha manejado el proyecto hasta ahora. Cercanos a Bernardo Matte -principal promotor de que el clan ingresara al negocio- aseguran que la relación con Endesa es óptima y que las diferencias con sus socios son menores. Otros ejecutivos del holding, sin embargo, manifiestan sus reparos a la forma como se elaboró el proyecto y la manera en que sus principales actores se han relacionado con la autoridad. Y esto se lo achacan, directamente, a HidroAysén, e indirectamente a Endesa, la que, según ellos, controla dicha firma y es la principal responsable de las decisiones tomadas hasta ahora.
La principal preocupación de los más críticos dentro del grupo Matte es que esta incursión puede atraer más costos que beneficios. Comentan con inquietud el "daño a la imagen" que el proyecto patagónico podría causar. La inquietud se convirtió en abierta molestia tras los dichos de algunas autoridades, como la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, quien declaró que el EIA de HidroAysén "no está a la altura". Tampoco les resultó indiferente que tres de las reparticiones que debieron evaluar el estudio, plantearon rechazarlo, a través de la figura de la Inconformidad. Más aún, Conaf llegó a decir que HidroAysén "es incompatible con la legislación vigente".
Más allá de que se hable de una sobreideologización del tema -en algunas autoridades y servicios públicos-, una sombra de duda se instaló dentro del grupo Matte, quienes siempre se han cuidado de tramitar sus proyectos de la manera menos ruidosa posible y de fomentar el cumplimiento de la normativa medioambiental.
Diferencias con Endesa
Dos importantes ejecutivos del grupo resumen lo que para ellos es el quid del problema: "El proyecto que está siendo evaluado es un proyecto de Endesa, no uno de Colbún". Agregan que el pecado original fue no haber ejercido el control de la sociedad. "No ser controladores desde el principio no está pasando la cuenta", precisan. Lo cierto es que, tradicionalmente, a los Matte les gusta dicho modelo: así ocurrió, sin ir más lejos, en Colbún, donde entraron junto a un grupo de inversionistas el 2001 y terminaron asumiendo la participación mayoritaria en 2005.
Para fundamentar las críticas afirman que dos de las principales decisiones -la elección del pool de empresas a cargo de elaborar el EIA, cuya cara visible en Chile es Poch Consultores; y el nombramiento del gerente general de HidroAysén, Hernán Salazar- "fueron tomadas por Endesa". En el primer caso, cuestionan la calificación de las firmas asesoras que realizaron el estudio ambiental. "No tenían la experiencia adecuada: su principal expertise es en informes para la agroindustria", dicen dos importantes actores del rubro eléctrico.
Qué Pasa intentó contactar al principal socio de la consultora chilena, Andrés Poch, quien ha liderado el EIA junto a la noruega Sweco, pero el profesional no respondió los llamados.
El otro punto de la discordia es el manejo que ha tenido el gerente de la firma a cargo del proyecto en la Patagonia, Hernán Salazar. Un alto ejecutivo de Colbún señala que, sin duda, su mayor debilidad es que "no ha sido ni un buen speecher ni un gran spoker", aludiendo a la escasa elocuencia que ha mostrado frente a las autoridades -incluidos políticos, parlamentarios y miembros del Ejecutivo- y la forma en que ha respondido a las autoridades. Esto, coinciden en Colbún, se hizo patente cuando le "respondió" a la ministra Uriarte, afirmando que le faltaban antecedentes para emitir su opinión. "Uno no puede tirarse en contra de su evaluador en medio de una tramitación", afirma un directivo de los Matte, quien agrega que dicha declaración no fue ni conocida ni visada por el directorio de HidroAysén.
Otro alto ejecutivo de una empresa del grupo asegura que "lo que le ha faltado a Salazar es aplicar mayor inteligencia emocional y contactos para promover un proyecto tan difícil como éste".
Qué Pasa llamó a Salazar, sin obtener respuesta.
Sin embargo, cercanos a Bernardo Matte, desestiman las críticas a la firma que realizó el Estudio de Impacto Ambiental. Salvo mencionar algunas deficiencias puntuales -y menores- del informe, son tajantes: "No tenemos objeción de fondo al estudio y a cómo trabajó la consultora".
Respecto del control de la sociedad, en el entorno del menor de los Matte argumentan que "tenemos un pacto de accionistas que es fifty-fifty. Endesa nos pidió consolidar en la matriz y por eso ellos debían ser mayoritarios y nosotros no tuvimos problema. Evidentemente tenemos culturas distintas y eso lo supimos desde un principio. O sea, somos competidores...". Para ellos, todo marcha bien y la relación con los españoles no exhibe diferencias fundamentales.
La opinión de Endesa
Desde Endesa, responden las críticas puntuales. Reconocen que la empresa consultora corrió por su cuenta, sin embargo, aclaran que esto ocurrió así porque cuando se realizó la licitación internacional, "Colbún todavía no había sido invitada a este desafío", explica un ejecutivo de la principal generadora del país. Agregan que Poch Consultores no está solo en el consorcio de empresas y que la firma noruega sabe "un montón de impactos ambientales".
Respecto de las críticas a Salazar, aseguran que trabajó por dos décadas en Endesa y si bien no tiene demasiada experiencia en proyectos hidroeléctricos, en la compañía controlada por Acciona aseguran que conoce el negocio a la perfección.
Frente al tema de fondo -el cuestionamiento a quién ejerce el dominio-, esgrimen que si bien el controlador de HidroAysén es Endesa con el 51% de la propiedad, el 49% de Colbún no la deja en ningún caso fuera de las decisiones. De hecho, en 2006, apenas ingresada la generadora de los Matte a la propiedad del proyecto, ambas empresas firmaron un pacto de accionistas que les da igual poder de decisión en todas las materias de relevancia. Por ello, en la firma de origen ibérico sostienen que si "a ellos no les gustaba la administración, podrían haberla removido sin problemas". Agregan que la mayoría de las decisiones al interior del directorio de HidroAysén, "aunque han sido discutidas, la mayoría de las veces se han aprobado por unanimidad".
Para rematar el punto, en la principal generadora chilena afirman que no hay personas más interesadas en sacar adelante esta inversión que Bernardo Matte y Bernardo Larraín Matte. "Ellos siempre supieron que la tramitación iba a ser compleja, pero haciendo los números saben que es un buen negocio y se van a mantener", dice un ejecutivo de Endesa.
Un cercano al menor de los hermanos Matte Larraín matiza esta postura. Aunque reconoce que el presidente de Colbún es uno de los mayores promotores del proyecto, advierte que "el tema está en permanente evaluación y si él se da cuenta que la autoridad no está convencida, va a recomendar a su familia reconsiderar su participación en el negocio".
Los custodios
La energía que Bernardo Matte ha puesto en sacar adelante Hidroaysén es algo que nadie discute. En sus conversaciones con amigos ha revelado que el proyecto lo apasiona y está, como reconocen en Endesa, "encima de todos los detalles".
Lo mismo ocurre con su sobrino y gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte, quien pese a llevar sólo tres años en la firma eléctrica, fue uno de los articuladores de la negociación que convirtió en socias a las dos empresas en el megaproyecto hidroeléctrico. Y si bien desde su aterrizaje en la gerencia de la generadora chilena, en diciembre de 2005, ha vivido dificultades como la falta de gas argentino -que provoca pérdidas hasta el día de hoy- y el incendio que tuvo varios meses fuera de operaciones a Nehuenco, enfrenta su mayor desafío en el éxito de las centrales en Aysén.
Un miembro de la familia Matte Larraín asegura que el ejecutivo "ha sentido la carga que significa el tema y sabe que lo que ocurra con este proyecto será una prueba de fuego en su gestión".
¿Y qué piensa Eliodoro Matte? Al interior del grupo descartan que exista un choque entre los partidarios y los detractores del proyecto. Sin embargo, recalcan que algunos son más críticos que otros. De hecho, conocedores de los dueños de la Papelera argumentan que "por algo Eliodoro no ha dado su opinión abiertamente a favor del proyecto". Esto, dicen otros actores del rubro eléctrico, le hubiera dado a HidroAysén mayores "espaldas políticas" para negociar frente a la autoridad. La única vez que el presidente de CMPC salió en defensa pública del proyecto fue en abril de este año, durante la junta de accionistas de la Papelera, en la que se manifestó brevemente a favor de las centrales en Aysén, "como ciudadano chileno y accionista indirecto de Colbún".
Una alta fuente del grupo chileno aclara que, pase lo que pase, no hay que perder de vista que "la decisión de ingresar a este proyecto se tomó de manera colegiada y todos estuvieron de acuerdo". Por lo mismo, quienes conocen el actuar del grupo afirman que sería muy difícil mantenerse en él si los tres hermanos (Eliodoro, Patricia y Bernardo) no están de acuerdo.
En el mercado eléctrico para nadie es un misterio que la incorporación de Colbún a HidroAysén -más que por su expertise y know how en el negocio, donde Endesa tiene experiencia de sobra- fue porque los Matte eran el único operador de capitales chileno presente en el mercado local. De hecho, un cercano al directorio de HidroAysén e integrante del conglomerado local reconoce esta apreciación: "Nuestra incorporación a este proyecto fue vista y nosotros lo consideramos así también, como la llegada de los custodios de que las cosas se harían bien", afirma.
Por lo mismo, agrega, al interior del directorio de HidroAysén participan el gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte, y el director de esta eléctrica Luis Felipe Gazitúa, brazo derecho del presidente de la generadora, Bernardo Matte.
El regreso de las dos almas
En el círculo del menor de los Matte afirman que el empresario cercano a RN es un convencido de que el estudio no tiene "errores gruesos", cuestión que ni siquiera en Endesa se atreven a afirmar.
Quienes han conversado con él en estos días afirman que el presidente de Colbún está preocupado por la reaparición de las "dos almas" que han cruzado el gobierno de Bachelet, representadas ahora en las opiniones a favor del proyecto que han expresado los ministros Pérez Yoma, Viera-Gallo y Tokman, versus las opiniones de Uriarte. "Siente que el gobierno ha sido confuso y no se ha preocupado de zanjar la opinión sobre el proyecto como tema-país", dice un miembro de su círculo íntimo.La tesis que se ha instalado con más fuerza en las oficinas de los edificios en Teatinos y Agustinas, que ocupan las empresas Matte es que "este gobierno no quiere ser catalogado como el que dio luz verde al proyecto y está haciendo todo lo posible por retrasar su aprobación". Prueba de ello serían las miles de observaciones -algunas repetidas- que le impusieron los más de 30 organismos involucrados.
El jefe de uno de los servicios más relevantes a la hora de evaluar las centrales en Aysén indica a Qué Pasa que "ciertamente hay una presión por no dar curso a una iniciativa que puede tener consecuencias desastrosas en esa zona". No obstante, advierte que sí existe una gran cantidad de "errores" contenidos en el EIA, incomprensibles para una inversión de esta categoría. Según este funcionario, la información sobre los caminos, el relleno sanitario e impacto en la fauna de la región, especialmente de los peces que habitan los ríos que deberán ser intervenidos, "deja mucho que desear".
Otro jefe de servicio sostiene que los titulares del polémico proyecto "se confiaron en la tonelada que pesó el EIA y las 10.500 páginas del informe" y dejaron fuera información relevante.
En HidroAysén reconocen que puede haber omisiones, pero insisten en que todas son subsanables y que, por ejemplo, todo lo relacionado con el tratamiento de la flora y fauna está extensamente abordado tanto en el estudio como en los anexos. Un alto ejecutivo de Colbún asegura que el error más grave fue no haber incluido en el software que se entregó a la Corema de Aysén "un buscador de gran capacidad, que hiciera más rápida la búsqueda de los distintos ítems".
Entretanto, los socios del megaproyecto, Endesa y Colbún, comienzan a sacar las primeras lecciones de la etapa inicial del proceso que comenzó el 14 de agosto pasado, cuando el EIA ingresó al sistema de evaluación (SEIA). Frases como "nunca pensamos que el camino sería fácil" o "esto recién parte", se escuchan entre los ejecutivos y directores de HidroAysén, a ambos lados de la sociedad. Sobre todo porque la Fase II de la tramitación será tanto o más complicada que la actual, ya que incluye el EIA y las expropiaciones necesarias para instalar las líneas de transmisión.
No son las únicas conclusiones. En forma incipiente comienzan a surgir las primeras diferencias entre los partners del ambicioso proyecto que demandará una inversión de US$ 3.200 millones: la familia Matte -por el lado de Colbún- y los ejecutivos de Endesa -propiedad de la hispana Acciona, por el otro-.
Dentro del grupo CMPC hay visiones disímiles respecto de cómo se ha manejado el proyecto hasta ahora. Cercanos a Bernardo Matte -principal promotor de que el clan ingresara al negocio- aseguran que la relación con Endesa es óptima y que las diferencias con sus socios son menores. Otros ejecutivos del holding, sin embargo, manifiestan sus reparos a la forma como se elaboró el proyecto y la manera en que sus principales actores se han relacionado con la autoridad. Y esto se lo achacan, directamente, a HidroAysén, e indirectamente a Endesa, la que, según ellos, controla dicha firma y es la principal responsable de las decisiones tomadas hasta ahora.
La principal preocupación de los más críticos dentro del grupo Matte es que esta incursión puede atraer más costos que beneficios. Comentan con inquietud el "daño a la imagen" que el proyecto patagónico podría causar. La inquietud se convirtió en abierta molestia tras los dichos de algunas autoridades, como la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, quien declaró que el EIA de HidroAysén "no está a la altura". Tampoco les resultó indiferente que tres de las reparticiones que debieron evaluar el estudio, plantearon rechazarlo, a través de la figura de la Inconformidad. Más aún, Conaf llegó a decir que HidroAysén "es incompatible con la legislación vigente".
Más allá de que se hable de una sobreideologización del tema -en algunas autoridades y servicios públicos-, una sombra de duda se instaló dentro del grupo Matte, quienes siempre se han cuidado de tramitar sus proyectos de la manera menos ruidosa posible y de fomentar el cumplimiento de la normativa medioambiental.
Diferencias con Endesa
Dos importantes ejecutivos del grupo resumen lo que para ellos es el quid del problema: "El proyecto que está siendo evaluado es un proyecto de Endesa, no uno de Colbún". Agregan que el pecado original fue no haber ejercido el control de la sociedad. "No ser controladores desde el principio no está pasando la cuenta", precisan. Lo cierto es que, tradicionalmente, a los Matte les gusta dicho modelo: así ocurrió, sin ir más lejos, en Colbún, donde entraron junto a un grupo de inversionistas el 2001 y terminaron asumiendo la participación mayoritaria en 2005.
Para fundamentar las críticas afirman que dos de las principales decisiones -la elección del pool de empresas a cargo de elaborar el EIA, cuya cara visible en Chile es Poch Consultores; y el nombramiento del gerente general de HidroAysén, Hernán Salazar- "fueron tomadas por Endesa". En el primer caso, cuestionan la calificación de las firmas asesoras que realizaron el estudio ambiental. "No tenían la experiencia adecuada: su principal expertise es en informes para la agroindustria", dicen dos importantes actores del rubro eléctrico.
Qué Pasa intentó contactar al principal socio de la consultora chilena, Andrés Poch, quien ha liderado el EIA junto a la noruega Sweco, pero el profesional no respondió los llamados.
El otro punto de la discordia es el manejo que ha tenido el gerente de la firma a cargo del proyecto en la Patagonia, Hernán Salazar. Un alto ejecutivo de Colbún señala que, sin duda, su mayor debilidad es que "no ha sido ni un buen speecher ni un gran spoker", aludiendo a la escasa elocuencia que ha mostrado frente a las autoridades -incluidos políticos, parlamentarios y miembros del Ejecutivo- y la forma en que ha respondido a las autoridades. Esto, coinciden en Colbún, se hizo patente cuando le "respondió" a la ministra Uriarte, afirmando que le faltaban antecedentes para emitir su opinión. "Uno no puede tirarse en contra de su evaluador en medio de una tramitación", afirma un directivo de los Matte, quien agrega que dicha declaración no fue ni conocida ni visada por el directorio de HidroAysén.
Otro alto ejecutivo de una empresa del grupo asegura que "lo que le ha faltado a Salazar es aplicar mayor inteligencia emocional y contactos para promover un proyecto tan difícil como éste".
Qué Pasa llamó a Salazar, sin obtener respuesta.
Sin embargo, cercanos a Bernardo Matte, desestiman las críticas a la firma que realizó el Estudio de Impacto Ambiental. Salvo mencionar algunas deficiencias puntuales -y menores- del informe, son tajantes: "No tenemos objeción de fondo al estudio y a cómo trabajó la consultora".
Respecto del control de la sociedad, en el entorno del menor de los Matte argumentan que "tenemos un pacto de accionistas que es fifty-fifty. Endesa nos pidió consolidar en la matriz y por eso ellos debían ser mayoritarios y nosotros no tuvimos problema. Evidentemente tenemos culturas distintas y eso lo supimos desde un principio. O sea, somos competidores...". Para ellos, todo marcha bien y la relación con los españoles no exhibe diferencias fundamentales.
La opinión de Endesa
Desde Endesa, responden las críticas puntuales. Reconocen que la empresa consultora corrió por su cuenta, sin embargo, aclaran que esto ocurrió así porque cuando se realizó la licitación internacional, "Colbún todavía no había sido invitada a este desafío", explica un ejecutivo de la principal generadora del país. Agregan que Poch Consultores no está solo en el consorcio de empresas y que la firma noruega sabe "un montón de impactos ambientales".
Respecto de las críticas a Salazar, aseguran que trabajó por dos décadas en Endesa y si bien no tiene demasiada experiencia en proyectos hidroeléctricos, en la compañía controlada por Acciona aseguran que conoce el negocio a la perfección.
Frente al tema de fondo -el cuestionamiento a quién ejerce el dominio-, esgrimen que si bien el controlador de HidroAysén es Endesa con el 51% de la propiedad, el 49% de Colbún no la deja en ningún caso fuera de las decisiones. De hecho, en 2006, apenas ingresada la generadora de los Matte a la propiedad del proyecto, ambas empresas firmaron un pacto de accionistas que les da igual poder de decisión en todas las materias de relevancia. Por ello, en la firma de origen ibérico sostienen que si "a ellos no les gustaba la administración, podrían haberla removido sin problemas". Agregan que la mayoría de las decisiones al interior del directorio de HidroAysén, "aunque han sido discutidas, la mayoría de las veces se han aprobado por unanimidad".
Para rematar el punto, en la principal generadora chilena afirman que no hay personas más interesadas en sacar adelante esta inversión que Bernardo Matte y Bernardo Larraín Matte. "Ellos siempre supieron que la tramitación iba a ser compleja, pero haciendo los números saben que es un buen negocio y se van a mantener", dice un ejecutivo de Endesa.
Un cercano al menor de los hermanos Matte Larraín matiza esta postura. Aunque reconoce que el presidente de Colbún es uno de los mayores promotores del proyecto, advierte que "el tema está en permanente evaluación y si él se da cuenta que la autoridad no está convencida, va a recomendar a su familia reconsiderar su participación en el negocio".
Los custodios
La energía que Bernardo Matte ha puesto en sacar adelante Hidroaysén es algo que nadie discute. En sus conversaciones con amigos ha revelado que el proyecto lo apasiona y está, como reconocen en Endesa, "encima de todos los detalles".
Lo mismo ocurre con su sobrino y gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte, quien pese a llevar sólo tres años en la firma eléctrica, fue uno de los articuladores de la negociación que convirtió en socias a las dos empresas en el megaproyecto hidroeléctrico. Y si bien desde su aterrizaje en la gerencia de la generadora chilena, en diciembre de 2005, ha vivido dificultades como la falta de gas argentino -que provoca pérdidas hasta el día de hoy- y el incendio que tuvo varios meses fuera de operaciones a Nehuenco, enfrenta su mayor desafío en el éxito de las centrales en Aysén.
Un miembro de la familia Matte Larraín asegura que el ejecutivo "ha sentido la carga que significa el tema y sabe que lo que ocurra con este proyecto será una prueba de fuego en su gestión".
¿Y qué piensa Eliodoro Matte? Al interior del grupo descartan que exista un choque entre los partidarios y los detractores del proyecto. Sin embargo, recalcan que algunos son más críticos que otros. De hecho, conocedores de los dueños de la Papelera argumentan que "por algo Eliodoro no ha dado su opinión abiertamente a favor del proyecto". Esto, dicen otros actores del rubro eléctrico, le hubiera dado a HidroAysén mayores "espaldas políticas" para negociar frente a la autoridad. La única vez que el presidente de CMPC salió en defensa pública del proyecto fue en abril de este año, durante la junta de accionistas de la Papelera, en la que se manifestó brevemente a favor de las centrales en Aysén, "como ciudadano chileno y accionista indirecto de Colbún".
Una alta fuente del grupo chileno aclara que, pase lo que pase, no hay que perder de vista que "la decisión de ingresar a este proyecto se tomó de manera colegiada y todos estuvieron de acuerdo". Por lo mismo, quienes conocen el actuar del grupo afirman que sería muy difícil mantenerse en él si los tres hermanos (Eliodoro, Patricia y Bernardo) no están de acuerdo.
En el mercado eléctrico para nadie es un misterio que la incorporación de Colbún a HidroAysén -más que por su expertise y know how en el negocio, donde Endesa tiene experiencia de sobra- fue porque los Matte eran el único operador de capitales chileno presente en el mercado local. De hecho, un cercano al directorio de HidroAysén e integrante del conglomerado local reconoce esta apreciación: "Nuestra incorporación a este proyecto fue vista y nosotros lo consideramos así también, como la llegada de los custodios de que las cosas se harían bien", afirma.
Por lo mismo, agrega, al interior del directorio de HidroAysén participan el gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte, y el director de esta eléctrica Luis Felipe Gazitúa, brazo derecho del presidente de la generadora, Bernardo Matte.
El regreso de las dos almas
En el círculo del menor de los Matte afirman que el empresario cercano a RN es un convencido de que el estudio no tiene "errores gruesos", cuestión que ni siquiera en Endesa se atreven a afirmar.
Quienes han conversado con él en estos días afirman que el presidente de Colbún está preocupado por la reaparición de las "dos almas" que han cruzado el gobierno de Bachelet, representadas ahora en las opiniones a favor del proyecto que han expresado los ministros Pérez Yoma, Viera-Gallo y Tokman, versus las opiniones de Uriarte. "Siente que el gobierno ha sido confuso y no se ha preocupado de zanjar la opinión sobre el proyecto como tema-país", dice un miembro de su círculo íntimo.La tesis que se ha instalado con más fuerza en las oficinas de los edificios en Teatinos y Agustinas, que ocupan las empresas Matte es que "este gobierno no quiere ser catalogado como el que dio luz verde al proyecto y está haciendo todo lo posible por retrasar su aprobación". Prueba de ello serían las miles de observaciones -algunas repetidas- que le impusieron los más de 30 organismos involucrados.
El jefe de uno de los servicios más relevantes a la hora de evaluar las centrales en Aysén indica a Qué Pasa que "ciertamente hay una presión por no dar curso a una iniciativa que puede tener consecuencias desastrosas en esa zona". No obstante, advierte que sí existe una gran cantidad de "errores" contenidos en el EIA, incomprensibles para una inversión de esta categoría. Según este funcionario, la información sobre los caminos, el relleno sanitario e impacto en la fauna de la región, especialmente de los peces que habitan los ríos que deberán ser intervenidos, "deja mucho que desear".
Otro jefe de servicio sostiene que los titulares del polémico proyecto "se confiaron en la tonelada que pesó el EIA y las 10.500 páginas del informe" y dejaron fuera información relevante.
En HidroAysén reconocen que puede haber omisiones, pero insisten en que todas son subsanables y que, por ejemplo, todo lo relacionado con el tratamiento de la flora y fauna está extensamente abordado tanto en el estudio como en los anexos. Un alto ejecutivo de Colbún asegura que el error más grave fue no haber incluido en el software que se entregó a la Corema de Aysén "un buscador de gran capacidad, que hiciera más rápida la búsqueda de los distintos ítems".
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