AGRUPACION DE INGENIEROS FORESTALES POR EL BOSQUE NATIVO CUESTIONA FORESTACION CAMPESINA IMPULSADA POR CORMA

La AIFBN emitió una declaración pública en la que manifiesta su parecer como organismo profesional competente en el tema forestal.
La Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) se manifiesta contraria a la implementación del Convenio de Forestación Campesina difundido en la prensa, suscrito entre la Municipalidad de Valdivia, la Corporación de la Madera y Forestal Valdivia (Grupo Arauco).
Este convenio pretende establecer 20 mil plantas de eucalipto en la costa de Valdivia, lo que refleja el desconocimiento de las autoridades locales sobre la situación socioeconómica y ambiental de las comunidades costeras, demostrando a su vez la incoherencia de las políticas públicas con la realidad y aspiraciones de desarrollo de las familias del sector costero, insistiendo en un modelo basado en monocultivos para la industria de celulosa.
Esta situación es más evidente al constatar que en la comuna de Mariquina se suscribirá un convenio por 300.000 plantas de eucalipto entre la Corma y el Municipio, con los mismos fines.
La comunidad Valdiviana es testigo de un nuevo intento del grupo Arauco por mejorar su imagen corporativa, severamente dañada a nivel nacional e internacional por su responsabilidad en la contaminación del estuario del río Cruces y el río Mataquito, entre otros, quien aparece en la prensa apoyando esta iniciativa con acciones de amplia publicidad pero con efectos nefastos para el desarrollo de las localidades rurales.
En este contexto, no hay que perder de vista que en la Cordillera de la Costa la empresa Forestal Valdivia ha comprado miles de hectáreas, y sigue comprando, para plantar eucalipto y abastecer su planta de celulosa. Los precios pagados por la tierra (y la forma de valorarla) han generado problemas graves de migración campesina, deforestación y pobreza, y concentración de riqueza y de la propiedad, dejando en evidencia todos sus vicios y externalidades sociales y ambientales negativas (como las fumigaciones aéreas realizadas con plaguicidas tóxicos). Entonces cabe preguntarse: ¿eso es lo que queremos promover para la nueva Región de los Ríos?
La AIFBN impulsa actualmente un trabajo participativo en las localidades costeras de la comuna de Valdivia, orientado a la recuperación de sistemas productivos y el mejoramiento de la calidad de vida de las familias que viven en el sector, y considera que la implementación de este convenio acentúa el efecto ambiental negativo generado por las plantaciones ya establecidas por particulares y principalmente por la empresa Forestal Valdivia, en especial sobre la disponibilidad y calidad de los recursos agua y suelo, fuentes básicas de la economía y subsistencia de las localidades rurales de Bonifacio, Los Pellines, Las Minas, Pilolcura y Curiñanco.
La AIFBN piensa que la Municipalidad de Valdivia no debería promover este tipo de acciones debido a los problemas de abastecimiento de agua, la orientación turística que se le quiere dar a la comuna (al área costera en particular), y a que existen especies nativas que podrían funcionar muy bien en la zona costera conservando el paisaje, la biodiversidad y otras funciones ecológicas.
Por otra parte, la baja productividad de las praderas y los cuestionamientos de las comunidades al Programa de Desarrollo Local (Prodesal), implementado por la Municipalidad de Valdivia con el financiamiento del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), dejan de manifiesto la ineficacia de las acciones de manejo, encontrándose una masa ganadera ovina y bovina deficientemente nutrida y con escaso talaje, lo que aumenta la presión sobre el bosque nativo debido al ramoneo de los animales.
Lo anterior se suma a este convenio y ratifica la errática visión y accionar de las autoridades locales, quienes deberían concentrar sus esfuerzos en el manejo de praderas y recuperación de los bosques nativos de la costa, promoviendo la diversificación del sistema productivo de las familias que viven en pequeñas propiedades, para lograr su seguridad alimentaria y el bienestar local.
En ese sentido, esperamos que los propietarios que reciban estas plantas las utilicen para establecer pequeñas áreas de forestación con fines dendroenergéticos, de manera de satisfacer su demanda por leña.
Es necesario destacar además la preocupación de la AIFBN por la capacidad de la CONAF, tanto en recursos como en personal, para regular y fiscalizar que el establecimiento de estas plantaciones no se realice a costa de la sustitución de bosque na
tivo. Esta preocupación está fundada en la información recopilada durante la etapa de diagnóstico de nuestro trabajo, donde se constató la necesidad de los pequeños propietarios por mejorar las superficies destinadas a la alimentación de su ganado, las praderas.
De esto se deduce que es muy difícil esperar que los propietarios planten el eucalipto en estas superficies, por lo tanto lo esperable es que sean las zonas de bosque degradado las elegidas para ser forestadas.
Finalmente, la AIFBN hace un llamado a las autoridades a evaluar los programas de apoyo a la pequeña propiedad rural y establecer los mecanismos correspondientes para fortalecer y promover el desarrollo de las localidades costeras con su participación y considerando su visión para la generación de políticas que beneficien efectivamente a estos sectores, y no iniciativas publicitarias que, en el fondo, provocan perjuicio a las familias en sectores donde los recursos naturales se encuentran severamente degradados.
Publicada el miércoles, 24 de octubre de 2007

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