Así opina Norma Nickerson, directora del Institute for Tourism and Recreation Research de la Universidad de Montana, quien participó en el reciente Encuentro de Ciencias y Turismo organizado en Coyhaique.
Un territorio que genera una sensación que se percibe cada día en menos lugares del mundo encontró en la Región de Aysén la directora del Institute for Tourism and Recreation Research de la Universidad de Montana (Estados Unidos), quien participó hace algunas semanas en el Encuentro de Turismo y Ciencias organizado por el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP). Norma Nickerson fue parte del panel de expertos que durante varios días discutieron en Coyhaique las potencialidades de la zona para el desarrollo de una incipiente pero promisoria mezcla: el esparcimiento -visitando territorios de excepción paisajistica- con la investigación científica.
Es lo que Norma llama el mountain top time travel, que en traducción libre sería una especie de viaje en el tiempo desde las altas cumbres. “Son lugares donde el visitante puede subir a un cerro o una montaña, o incluso situarse a un costado de los caminos de ripio en el caso de esta región, observar y no ver evidencia alguna de gente o intervención humana. Eso en un hábitat es un recurso en sí mismo. Y mientras pase el tiempo muchas más personas querrán vivir esa experiencia de sentir que están en un lugar que se mantiene como seguramente eran otras zonas del mundo antes de que llegara el ser humano” señala.
Por eso deja un recado para los ayseninos: “si ustedes son capaces de mantener áreas que dan esa sensación, ese sentimiento de la Creación original, de retornar al pasado pero también de mirar hacia el futuro, eso es lo que la gente quiere ver”.
Para la académica hay otros elementos que convierten a esta parte de la Patagonia en una alternativa distinta para el visitante. Se trata del importante número de glaciares y fiordos, sitios de interés que se está trabajando fuertemente por incorporar cada vez más a la oferta turística nacional y extranjera.
Las palabras de Norma Nickerson no deben tomarse a la ligera. El entorno de su original Montana es muy parecido a lo que uno puede encontrar en Aysén. “Los paisajes son similares, aunque acá hay más glaciares y los nuestros están despareciendo y ya casi no queda ninguno. En ese sentido lo de Aysén es mucho más impresionante. Nosotros tenemos llanuras y ustedes espacios abiertos similares. Por eso, en muchos lugares uno se puede sentir como que está en Montana. También es muy rural, con muy poco desarrollo en algunas áreas” explica.
Montana está cruzado por las cadena montañosa las Rocosas (de ahí su nombre) y tiene como lema el concepto “El mejor último lugar”. Es cuarto en cuanto a superficie en Estados Unidos, pero el 44º en población. Su economía se basa en la agricultura y en la extracción de madera y minerales, siendo el turismo un factor importante de ingresos, donde millones de personas visitan anualmente el Parque Nacional Glaciar y el Parque Nacional de Yellowstone. Por eso, su desarrollo se basa en sus bellezas naturales “en estado natural”, lo cual es asimilable a la Región de Aysén.
Lo que las distingue (además de la ubicación, idioma, cultura y otras lógicas variables) es la infraestructura. “Nosotros tenemos mejores accesos, con 7 aeropuertos que operan todos los días. Sin embargo esto mismo es lo que hace a Aysén mucho más especial, porque el acceso la hace más difícil de alcanzar y esas cosas son las que incentivan a la gente a venir acá” puntualiza.
Un mundo por descubrir es lo que hace que la combinación entre turismo y ciencias que está impulsando el CIEP a través de la conformación del Centro de Turismo Científico de la Patagonia (CTCP) sea un paso importante. “Eso es algo que no ocurre muy frecuentemente, sí está aumentando pero no es un turismo tradicional ni tampoco una forma común de promover un área. Por eso es interesante ver un territorio explorar lo que es en parte distinto, en parte nuevo, más complejo por cierto. Pero si logran tener éxito, Aysén será líder en este ámbito”.
Es lo que Norma llama el mountain top time travel, que en traducción libre sería una especie de viaje en el tiempo desde las altas cumbres. “Son lugares donde el visitante puede subir a un cerro o una montaña, o incluso situarse a un costado de los caminos de ripio en el caso de esta región, observar y no ver evidencia alguna de gente o intervención humana. Eso en un hábitat es un recurso en sí mismo. Y mientras pase el tiempo muchas más personas querrán vivir esa experiencia de sentir que están en un lugar que se mantiene como seguramente eran otras zonas del mundo antes de que llegara el ser humano” señala.
Por eso deja un recado para los ayseninos: “si ustedes son capaces de mantener áreas que dan esa sensación, ese sentimiento de la Creación original, de retornar al pasado pero también de mirar hacia el futuro, eso es lo que la gente quiere ver”.
Para la académica hay otros elementos que convierten a esta parte de la Patagonia en una alternativa distinta para el visitante. Se trata del importante número de glaciares y fiordos, sitios de interés que se está trabajando fuertemente por incorporar cada vez más a la oferta turística nacional y extranjera.
Las palabras de Norma Nickerson no deben tomarse a la ligera. El entorno de su original Montana es muy parecido a lo que uno puede encontrar en Aysén. “Los paisajes son similares, aunque acá hay más glaciares y los nuestros están despareciendo y ya casi no queda ninguno. En ese sentido lo de Aysén es mucho más impresionante. Nosotros tenemos llanuras y ustedes espacios abiertos similares. Por eso, en muchos lugares uno se puede sentir como que está en Montana. También es muy rural, con muy poco desarrollo en algunas áreas” explica.
Montana está cruzado por las cadena montañosa las Rocosas (de ahí su nombre) y tiene como lema el concepto “El mejor último lugar”. Es cuarto en cuanto a superficie en Estados Unidos, pero el 44º en población. Su economía se basa en la agricultura y en la extracción de madera y minerales, siendo el turismo un factor importante de ingresos, donde millones de personas visitan anualmente el Parque Nacional Glaciar y el Parque Nacional de Yellowstone. Por eso, su desarrollo se basa en sus bellezas naturales “en estado natural”, lo cual es asimilable a la Región de Aysén.
Lo que las distingue (además de la ubicación, idioma, cultura y otras lógicas variables) es la infraestructura. “Nosotros tenemos mejores accesos, con 7 aeropuertos que operan todos los días. Sin embargo esto mismo es lo que hace a Aysén mucho más especial, porque el acceso la hace más difícil de alcanzar y esas cosas son las que incentivan a la gente a venir acá” puntualiza.
Un mundo por descubrir es lo que hace que la combinación entre turismo y ciencias que está impulsando el CIEP a través de la conformación del Centro de Turismo Científico de la Patagonia (CTCP) sea un paso importante. “Eso es algo que no ocurre muy frecuentemente, sí está aumentando pero no es un turismo tradicional ni tampoco una forma común de promover un área. Por eso es interesante ver un territorio explorar lo que es en parte distinto, en parte nuevo, más complejo por cierto. Pero si logran tener éxito, Aysén será líder en este ámbito”.
MAYORES INFORMACIONES
Fabien Bourlon /Coordinador Centro de Turismo Científico de la Patagonia CIEP
fabienbourlon@ciep.cl / (9) 0510152
Fabien Bourlon /Coordinador Centro de Turismo Científico de la Patagonia CIEP
fabienbourlon@ciep.cl / (9) 0510152
No hay comentarios.:
Publicar un comentario