Fuente: www.elmercurio.cl, 21 de junio de 2007.
En lugar del lago Témpanos hay una cavidad de 30 metros de profundidad. Especulan sobre un hecho similar que se originó por la fractura de la corteza terrestre
En lugar del lago Témpanos hay una cavidad de 30 metros de profundidad. Especulan sobre un hecho similar que se originó por la fractura de la corteza terrestre
Guardaparques de Conaf que visitan la zona mensualmente se percataron de que entre fines de marzo y abril se secó totalmente. Científicos buscan una explicación.
PUNTA ARENAS.– En apenas dos meses desapareció un lago del fiordo Témpano, ubicado en el límite de la región de Magallanes con Aisén, al oeste de Campo de Hielo Sur.
Los fragmentos de glaciares que antes flotaban en el agua quedaron en terreno seco.
La inexplicable situación fue detectada por guardaparques de Conaf, quienes mensualmente monitorean la zona como parte del control de conservación de huemules en el área.
El lago tiene una superficie aproximada de 10 hectáreas, y profundidades que van desde los cinco hasta los 25 metros.
El refugio de Conaf se encuentra a unas cuatro horas de caminata del lago, equivalente a unos nueve kilómetros. A fines de marzo el grupo recorrió la zona y observó que el lago, que hasta ahora no tiene nombre, tenía una cota de agua normal.
Sin embargo, en la visita del 27 de mayo se llevaron una gran sorpresa. El lago ya no estaba.
En vez de agua se encontraron con que los trozos de glaciar, que antes flotaban, ahora se encuentran en el fondo del lecho seco, atravesado por grandes grietas.
El río que lo alimentaba, que lucía un considerable caudal, también perdió fuerza y quedó convertido en apenas un riachuelo.
“Antes, por su caudal era difícil cruzarlo. Hoy se puede transitar normalmente. Se formaron enormes grietas que deberán ser evaluadas por geólogos. No podemos especular, pero el lago desapareció y los témpanos que existían quedaron sobre el lecho”, explicó el director regional de Conaf, Juan José Romero.
Germán Coronado, jefe del área de Puerto Edén de Conaf, fue testigo del insólito hecho en la visita de fines de mayo. Estimó que el lago tenía unos 3 km de largo por 3 de ancho, y que el río que lo alimentaba tenía unos 40 metros de ancho y una extensión de 8 km. Las grietas que aparecieron en el lecho tienen hasta 25 metros de profundidad.
Respecto de probables causas, Romero dijo que “es posible que haya habido un movimiento de placas. Pudo haber sucedido en la época de los temblores en Aisén, pero son sólo conjeturas”. Agregó que en las próximas semanas será necesario viajar a la zona con geólogos para revisar en terreno lo ocurrido y establecer las causas.
El investigador del Instituto Antártico Chileno Ricardo Jaña, no duda de que hubo un colapso, pero cree que si hubo alud, debieron quedar señales.-
Los fragmentos de glaciares que antes flotaban en el agua quedaron en terreno seco.
La inexplicable situación fue detectada por guardaparques de Conaf, quienes mensualmente monitorean la zona como parte del control de conservación de huemules en el área.
El lago tiene una superficie aproximada de 10 hectáreas, y profundidades que van desde los cinco hasta los 25 metros.
El refugio de Conaf se encuentra a unas cuatro horas de caminata del lago, equivalente a unos nueve kilómetros. A fines de marzo el grupo recorrió la zona y observó que el lago, que hasta ahora no tiene nombre, tenía una cota de agua normal.
Sin embargo, en la visita del 27 de mayo se llevaron una gran sorpresa. El lago ya no estaba.
En vez de agua se encontraron con que los trozos de glaciar, que antes flotaban, ahora se encuentran en el fondo del lecho seco, atravesado por grandes grietas.
El río que lo alimentaba, que lucía un considerable caudal, también perdió fuerza y quedó convertido en apenas un riachuelo.
“Antes, por su caudal era difícil cruzarlo. Hoy se puede transitar normalmente. Se formaron enormes grietas que deberán ser evaluadas por geólogos. No podemos especular, pero el lago desapareció y los témpanos que existían quedaron sobre el lecho”, explicó el director regional de Conaf, Juan José Romero.
Germán Coronado, jefe del área de Puerto Edén de Conaf, fue testigo del insólito hecho en la visita de fines de mayo. Estimó que el lago tenía unos 3 km de largo por 3 de ancho, y que el río que lo alimentaba tenía unos 40 metros de ancho y una extensión de 8 km. Las grietas que aparecieron en el lecho tienen hasta 25 metros de profundidad.
Respecto de probables causas, Romero dijo que “es posible que haya habido un movimiento de placas. Pudo haber sucedido en la época de los temblores en Aisén, pero son sólo conjeturas”. Agregó que en las próximas semanas será necesario viajar a la zona con geólogos para revisar en terreno lo ocurrido y establecer las causas.
El investigador del Instituto Antártico Chileno Ricardo Jaña, no duda de que hubo un colapso, pero cree que si hubo alud, debieron quedar señales.-
que raro
ResponderBorrareso se debe a el calentamiento global, buena pagina, chao
ResponderBorrar(mundoto-emilio@hotmail.com)