El gurú ecologista alerta sobre los daños que ocasionan proyectos como el planeado en Temacapulín, Jalisco
A Patrick McCully le gusta derribar mitos. Sobre todo aquellos que utilizan gobiernos y empresas que impulsan la construcción de presas en todo el mundo. Este ecologista e investigador irlandés es una de las figuras más destacadas del movimiento mundial en contra de la edificación de nuevas presas. Su libro Ríos silenciados: ecología y política de las grandes represas, editado en 1996 y traducido al español en 2004, es algo así como la Biblia de quienes defiende la salud de los ríos, el ambiente y los derechos humanos de los afectados por las grandes construcciones hidráulicas.
Si bien la construcción de las presas tuvo su mayor auge en la década de los 70, en los últimos diez años se dio un nuevo impulso a estas obras, sobre todo en Asía, América Latina y África. “No me falta trabajo”, dice con cierto humor Patrick McCully, director ejecutivo de la organización International Rivers y miembro del Foro de Represas y Desarrollo del Programa Ambiental de las Naciones Unidas.
Patrick McCully visitó la ciudad de México para anunciar que, en octubre próximo, representantes de 60 países asistirán al Tercer Encuentro Internacional de Afectados por las Presas que se realizará en Temacapulín, Jalisco. Esta comunidad podría desaparecer si se concreta la construcción de la presa El Zapotillo, proyecto que impulsa la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pese a que la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco señaló que con esta obra se violan derechos humanos.
“La mejor forma de matar a un río, de silenciarlo, es construyendo una presa”, señala en entrevista Patrick McCully, un hombre que abandonó la arqueología y antropología (licenciaturas que estudió en la Universidad de Nottingham) porque “encontré algo más ligado con los problemas actuales de la gente, algo menos seco que la arqueología y más húmedo como los ríos”
El tema de los ríos y las presas lo comenzó a estudiar hace más de 20 años, cuando era periodista en la revista The Ecologist, en Inglaterra. “La revista trabajó mucho el tema de las grandes presas en la India. Ahí fue cuando vi mucha desesperación de la gente que luchaba contra la presa. Me molestaban mucho las mentiras que decían los políticos y los ingenieros, así que decidí entrar de lleno a este tema”.
En los más de 20 años de trabajo, ¿cuáles son los mitos que ha encontrado alrededor de las presas?
Me da mucha rabia escuchar que es un desperdicio dejar el agua de los ríos correr hacia el mar sin que la utilicemos. Esto lo repiten mucho. Ahora Arnold Schwarzenegger lo dice en California. Y esto es una estupidez. Los ríos necesitan agua para todo su ciclo y los mares necesitan el agua de los ríos para mantener todos los estuarios de las costas y los manglares.
Un mito es decir que las presas son necesarias para el desarrollo y para aliviar la pobreza. Es una mentira decir que son amigables con el medio ambiente y necesarias para controlar los impactos del cambio climático. Los gobiernos dicen que la hidroelectricidad es una tecnología limpia; que para adaptar nuestras economías a los impactos del cambio climático, necesitamos más presas.
Para mí, es claro que debemos actuar para adaptar nuestras economías al cambio climático, pero hay muchas otras tecnologías que son más baratas, eficientes y justas socialmente que la energía hidroeléctrica.
Además, varios estudios ya mostraron que las presas emiten metano y dióxido de carbono, gases de efecto invernadero, por la masa vegetal que se deposita en los embalses y porque cuando se llenan estas obras se inundan amplias superficies y la descomposición de los vegetales libera esos gases.
La realidad es que la vida útil de estas obras es de poco más de 70 años, pero los daños que ocasionan a la naturaleza y a la gente, a poblaciones enteras, son irreparables. La realidad es que la construcción de presas permite a muchas empresas tener jugosos subsidios de los Estados, por eso tratan de impulsar su construcción en muchos países.
¿Por qué un río es silenciado con la construcción de una presa?
Un río vivo tiene sus propios flujos; un río con una presa está enfermo, no tiene buena salud. Una presa cambia el espíritu más elemental de un río: sus propios flujos. La presa cambia esos flujos y la vida de las especies que ahí habitan.
¿Cuándo surge el movimiento contra las presas?
Existió mucha oposición a las presas en los años 20 y 30 en Estados Unidos y Europa. En los años 60 era muy difícil parar una presa en Estados Unidos. Pero uno de los grandes logros fue cuando se pararon los planes de construir presas en el fondo del Gran Cañón, en el Río Colorado. Se realizó una gran campaña contra ese proyecto. Para los años 80, llega a su fin la era de construir grandes presas en Estados Unidos y en Europa.
Ahora, en los países desarrollados, las grandes presas ya no son vistas como una opción. Pero eso no sucede en países como China, que se ha convertido en el mayor promotor de presas en el mundo, sobre todo en África y Asia; aunque también impulsa proyectos en América Latina; en Ecuador, por ejemplo.
Países como Brasil e India están apoyando la construcción de presas fuera de sus fronteras, sobre todo en África. India está construyendo presas en Nepal y Birmania.
¿Cuál es la situación en América Latina?
En esta región hay una industria de presas muy fuerte. Aquí es donde se propaga mucho esa ideología de que las presas representan progreso. Lo que no dicen es que un país eleva su vulnerabilidad ante la sequía cuando depende tanto de las presas.
¿Cuál es la situación de los ríos en el mundo?
Es crítica. Más del 60 por ciento de los ríos están afectados por presas, por transvases. Los ríos están muriendo en todo el mundo por la contaminación, las presas y las especies invasoras; hay una crisis de la biodiversidad acuática. Y si los planes de los gobiernos son construir más presas, vamos a perder más especies; vamos a perder nuestros ríos como ecosistemas vivos. Y no hay que olvidar que los ríos son esenciales para la vida.
¿Cuáles son los logros del movimiento mundial de defensa de los ríos?
En los Estados Unidos y en Europa hay mucho casos en donde se ha recuperado la vida en los ríos. Ahora se invierte mucho en la recuperación de los ríos y en el desmantelamiento de las presas. En algunos lugares se ha visto que, al quitar la presa, los peces migratorios regresan después de un año. En el Río Loira, Francia, había un plan para construir 14 presas en la década de los 80, pero el movimiento social se opuso. Ahora hay turismo ecológico, más peces y más pesquería tradicional. Es un caso ejemplar de defensa y recuperación de un río.
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