5 ingenieras que cursan postgrado en el prestigioso centro de investigación recorrieron la Patagonia chilena con el fin de develar interrogantes que no contempla el EIA de Endesa y Colbún.
Una serie de dudas sobre el estudio de impacto ambiental (EIA) de HidroAysén arrojaron los resultados del trabajo de campo que durante enero de 2009 desarrollaron en la Región de Aysén cinco ingenieras cursando postgrados en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Las especialistas recorrieron la zona con el fin de responder preguntas complejas como ¿Cuál sería el aporte en gases de efecto invernadero (GEI) de las cinco centrales de HidroAysén?, ¿Es posible hacer más eficientes las represas que ya existen en el SIC y evitar la intervención de la Patagonia?, ¿Es factible prevenir el vaciamiento de lagos de origen glaciar? o ¿Hay riesgo de colapso de las represas por estos vaciamientos, poniendo en riesgo a localidades aguas abajo como Caleta Tortel?
Luego de visitar glaciares, ríos, participar en un seminario científico internacional, entrevistarse con autoridades y dirigentes sociales, visitar Coyhaique, Cochrane, Caleta Tortel y Chile Chico pesquisando información técnica, las estadounidenses Kristen Burrall, Gianna Leandro y Laura Mar, junto a las italianas Elisabetta Natale y Flavia Tauro, bajo la conducción de la investigadora Wendy Pabich (Ph.D del MIT), entregaron sus informes con posibles respuestas.
Es así que en septiembre de 2009 se emitió el informe final del grupo, el cual entregó decidores resultados.
En términos ambientales, las investigaciones determinaron que, producto de la sedimentación en el proyectado embalse Baker 1, el depósito y la erosión aguas abajo implicarían un gran impacto en riberas, vegetación y fauna.
Otro aspecto es que normalmente los proyectos de represas evitan calcular las emisiones de gases efecto invernadero, CO2 específicamente, e HidroAysén no fue la excepción. En este sentido el estudio determinó que la línea de transmisión constituiría cerca del 70% del impacto en este ámbito, sugiriendo que para reducirlo sería una alternativa generar energía con fuentes más cercanas a su lugar de demanda. El cálculo realizado llega a un total de al menos 3 millones 770 mil toneladas de CO2 generadas por la construcción y operación de tales embalses, en tanto que la línea de transmisión hacia el norte produciría al menos 8 millones 959 mil toneladas.
En seguridad se analizaron los posibles cambios de temperatura por el efecto invernadero. Enfocándose en el lago Cachet 2 (protagonista de repentinos vaciamientos), con una temperatura de entre 4º y 8º Celsius en verano, la descarga máxima ha sido del rango de los 1.200 a 2.000 m3/seg. Con un futuro aumento de 3º el caudal podría aumentar en un máximo adicional de 500 m3/seg. En estas circunstancias la eventual rotura de la presa presenta un alto nivel de riesgo para la población que vive río abajo, como la de Caleta Tortel.
Financista decide estudios
Un caso que siembra polémica y suspicacia es el hecho de que es el propio proponente (Endesa-Colbún) quien contrata, directamente, a los centros de estudios que elaboran tanto la línea base como los estudios de impacto ambiental de sus iniciativas. Incluso llegan, mediante términos de referencia, a definir qué se estudia y qué no, y qué se pone en el documento que se presenta a evaluación, y qué no.
Para los expertos, la intermediación entre financiamiento y términos de referencia es el quid del asunto. "Si quieres realizar un proyecto, entregas los fondos al Gobierno y éste contrata una consultora mediante una licitación. Y diferentes consultores compiten para hacer ese trabajo y se mantiene la independencia para todos quienes participan en el proceso", explicó el profesor en Ecohidráulica de la Universidad de Idaho, Peter Goodwin (Ph.D. de la Universidad de Berkeley).
Hoy eso no ocurre en Chile, donde los estudios se restringen a lo que el proponente -y financista- decide.
Las especialistas recorrieron la zona con el fin de responder preguntas complejas como ¿Cuál sería el aporte en gases de efecto invernadero (GEI) de las cinco centrales de HidroAysén?, ¿Es posible hacer más eficientes las represas que ya existen en el SIC y evitar la intervención de la Patagonia?, ¿Es factible prevenir el vaciamiento de lagos de origen glaciar? o ¿Hay riesgo de colapso de las represas por estos vaciamientos, poniendo en riesgo a localidades aguas abajo como Caleta Tortel?
Luego de visitar glaciares, ríos, participar en un seminario científico internacional, entrevistarse con autoridades y dirigentes sociales, visitar Coyhaique, Cochrane, Caleta Tortel y Chile Chico pesquisando información técnica, las estadounidenses Kristen Burrall, Gianna Leandro y Laura Mar, junto a las italianas Elisabetta Natale y Flavia Tauro, bajo la conducción de la investigadora Wendy Pabich (Ph.D del MIT), entregaron sus informes con posibles respuestas.
Es así que en septiembre de 2009 se emitió el informe final del grupo, el cual entregó decidores resultados.
En términos ambientales, las investigaciones determinaron que, producto de la sedimentación en el proyectado embalse Baker 1, el depósito y la erosión aguas abajo implicarían un gran impacto en riberas, vegetación y fauna.
Otro aspecto es que normalmente los proyectos de represas evitan calcular las emisiones de gases efecto invernadero, CO2 específicamente, e HidroAysén no fue la excepción. En este sentido el estudio determinó que la línea de transmisión constituiría cerca del 70% del impacto en este ámbito, sugiriendo que para reducirlo sería una alternativa generar energía con fuentes más cercanas a su lugar de demanda. El cálculo realizado llega a un total de al menos 3 millones 770 mil toneladas de CO2 generadas por la construcción y operación de tales embalses, en tanto que la línea de transmisión hacia el norte produciría al menos 8 millones 959 mil toneladas.
En seguridad se analizaron los posibles cambios de temperatura por el efecto invernadero. Enfocándose en el lago Cachet 2 (protagonista de repentinos vaciamientos), con una temperatura de entre 4º y 8º Celsius en verano, la descarga máxima ha sido del rango de los 1.200 a 2.000 m3/seg. Con un futuro aumento de 3º el caudal podría aumentar en un máximo adicional de 500 m3/seg. En estas circunstancias la eventual rotura de la presa presenta un alto nivel de riesgo para la población que vive río abajo, como la de Caleta Tortel.
Financista decide estudios
Un caso que siembra polémica y suspicacia es el hecho de que es el propio proponente (Endesa-Colbún) quien contrata, directamente, a los centros de estudios que elaboran tanto la línea base como los estudios de impacto ambiental de sus iniciativas. Incluso llegan, mediante términos de referencia, a definir qué se estudia y qué no, y qué se pone en el documento que se presenta a evaluación, y qué no.
Para los expertos, la intermediación entre financiamiento y términos de referencia es el quid del asunto. "Si quieres realizar un proyecto, entregas los fondos al Gobierno y éste contrata una consultora mediante una licitación. Y diferentes consultores compiten para hacer ese trabajo y se mantiene la independencia para todos quienes participan en el proceso", explicó el profesor en Ecohidráulica de la Universidad de Idaho, Peter Goodwin (Ph.D. de la Universidad de Berkeley).
Hoy eso no ocurre en Chile, donde los estudios se restringen a lo que el proponente -y financista- decide.
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