Acostumbrados a encontrarse con los grandes industriales acuícolas y pesqueros luchando por el mismo recurso, las organizaciones de pescadores artesanales y buzos llaman a la unidad ante amenazas de industrializar la Patagonia
Piden al Gobierno que transparente informes con resultados de denuncias hechas por las organizaciones, producto de la contaminación del litoral y masiva mortandad de peces.
A pesar de su lejanía y aislamiento, y de que podría ser considerado un sector al margen de los impactos de las represas proyectadas en los ríos Baker, Pascua y Cuervo, los pescadores artesanales de la Región de Aysén han comenzado a sacar la voz ante el avance de estas iniciativas. Hace algunas semanas el presidente de la Cooperativa de Pescadores y Armadores de Puerto Aguirre, Honorino Angulo, llamó a la unidad ante el interés de las trasnacionales por los recursos naturales de la zona patagónica, algo que los pescadores artesanales conocen muy bien por su experiencia con las salmoneras y la industria pesquera.
Esta vez fueron sus colegas del Sindicato de Trabajadores Independientes de la Pesca Artesanal, Buzos Mariscadores y Algueros “Archipiélagos del Sur” de Puerto Aguirre, cuya directiva se sumó a las críticas a estas iniciativas que, a pesar de lo que se podría pensar, sí amenazan con afectar la sustentabilidad de su actividad económica y su cultura. Esto, dado que son los estuarios, donde el agua dulce de los ríos se mezcla con la salada del océano, las áreas biológicamente más productivas tanto del río como del mar y la mayor parte de la pesca mundial proviene de especies que al menos en un momento de su ciclo vital dependen de este hábitat por su riqueza en nutrientes. Cambiar las características físicas y biológicas de los ríos aguas arriba sería dramático para la pesca, como ya ha ocurrido en otras partes del mundo.
El presidente de la agrupación Jorge Formantel, junto al secretario Eugenio Aguilar y el tesorero Manuel Tarumán, expresa en una carta enviada a las organizaciones críticas a las represas –hoy agrupadas en el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena- que “tenemos el delicado y peligroso megaproyecto de centrales hidroeléctricas de Aysén y si no se le pone atajo en un par de años más se instalaría”. Ante la pregunta ¿qué pasaría entonces?, responden que “ocurriría que ya estaremos totalmente contaminados en nuestro mar”, haciendo de esta forma alusión al impacto que ha generado en el litoral la operación de grandes industrias salmoneras y pesqueras.
“Nosotros como pescadores siempre hemos trabajado solos, incluso hemos llegado hasta las calles peleando por nuestros derechos. Gracias a lo que se ha hecho hemos mantenido lo poco y nada que tenemos de pesca” explican, señalando que se suman a la campaña de oposición a las represas y que “lucharemos hasta dar la última batalla si es posible, para salvar a nuestra gente y nuestras familias”. Por eso llaman a “dejar las diferencias y unirnos todos los sectores, eso es lo que nosotros como sindicatos vemos, porque si no lo hacemos vamos a desaparecer y cuando nos demos cuenta ya va ser muy tarde”.
Contaminación: Los Perdedores de siempre
Si de conflictos con las grandes industrias se trata, los pescadores artesanales saben bastante.
Así lo deja en claro el presidente del Sindicato de Buzos “Los Delfines” de Puerto Cisnes, Miguel Torres, cuya organización está preocupada de que los megaproyectos de HidroAysén sean parte de la avanzada para industrializar definitivamente la Región de Aysén, tanto con represas y líneas de alta tensión como con la minería a gran escala.
Manifiesta por eso su “preocupación por lo que puede ocurrir. Nosotros ya conocemos el actuar de las empresas salmoneras y pesqueras en la región, dando bajos salarios a la gente, depredando el recurso hasta que se agota, contaminando nuestro litoral y matando especies originarias como los lobos marinos, con cero posibilidad de fiscalización de las autoridades”. “Estos grandes inversores que vienen, españoles, se están llevando nuestras riquezas y a nosotros nos dejan la contaminación. Y si se llegaran a construir las represas en esos lugares sería una bomba de tiempo” agrega.
Como ejemplo recuerda que el 2 de abril de 2006 el sindicato hizo una denuncia por la muerte masiva de sardinas en el área de Puerto Cisnes, responsabilizando a la empresa Los Fiordos (productora de Super Salmón del holding Agrosuper). “Nosotros hicimos la denuncia por escrito a la Conama, y ellos la derivaron a Sernapesca y posteriormente a la autoridad marítima de Cisnes. Luego de 15 días fueron al lugar con unos buzos del sindicato, cuando ya no existía nada. Con las evidencias se aprecia que fueron unas 500 toneladas (de sardinas) las que murieron en ese sector, pero ninguna autoridad se hizo presente. Fue un grave problema de contaminación, pero nadie hizo nada por nosotros que vivimos en Puerto Cisnes” puntualiza, solicitando al Gobierno que transparente los resultados de la investigación que se inició en la ocasión.
Creando Conciencia
Pero la visión crítica de estos proyectos en el litoral no es sólo de los trabajadores. Sus hijos también se manifiestan, como el caso de un grupo de niños que enviaron cartas a la Presidenta Michelle Bachelet, con copia a la intendenta de Aysén Viviana Betancourt, donde expresan su preocupación por estos megaproyectos.
Así lo hicieron Yasna Arteaga y Ariel Pineda, de séptimo básico de la Escuela Pedro Aguirre Cerda de Puerto Aguirre, quienes plantean a la Mandataria que la misiva es para “expresar la molestia contra las represas que se instalarían en nuestra región. Y no solamente (estamos) molestos con eso, sino también (queremos pedir) respeto con aquella gente que vive en cercanías del río Baker, ya que muchas veces son irrespetuosos al entrar sin la autorización del dueño”.
Marco Formantel, de octavo básico del mismo establecimiento, señala que “yo quiero ayudar de algún modo a nuestros pescadores y ayudar también a no instalar las represas en el río Baker, porque esa gente quedaría sin viviendas y sin su tan hermoso río. Eso puede ser perjudicial porque podemos quedar sin el pan de cada día, ya que nuestros padres viven exclusivamente de la pesca artesanal, y los padres y trabajadores que viven en las cercanías del río Baker, pueden quedar sin sus animales”. Su compañero Marco Tarumán le dice a la Presidenta que “es obvio que si se vienen para acá (las naves industriales) es porque en los otros lugares no tienen recursos. Las flotas están invadiendo estas zonas que aún tienen recursos y que no se explotan de la manera en que lo hacen (en otras regiones), porque los pescadores trabajan una vez al mes y no es tanta la pesca que se extrae, pero en cambio los barcos pesqueros sacan miles de toneladas al día”.
Desde distintas partes, desde distintas zonas, el litoral de Aysén está comenzando a alzar la voz. La voz ante la amenaza que se cierne por una región que se ha designado y quiere mantenerse, como una reserva de vida.
Esta vez fueron sus colegas del Sindicato de Trabajadores Independientes de la Pesca Artesanal, Buzos Mariscadores y Algueros “Archipiélagos del Sur” de Puerto Aguirre, cuya directiva se sumó a las críticas a estas iniciativas que, a pesar de lo que se podría pensar, sí amenazan con afectar la sustentabilidad de su actividad económica y su cultura. Esto, dado que son los estuarios, donde el agua dulce de los ríos se mezcla con la salada del océano, las áreas biológicamente más productivas tanto del río como del mar y la mayor parte de la pesca mundial proviene de especies que al menos en un momento de su ciclo vital dependen de este hábitat por su riqueza en nutrientes. Cambiar las características físicas y biológicas de los ríos aguas arriba sería dramático para la pesca, como ya ha ocurrido en otras partes del mundo.
El presidente de la agrupación Jorge Formantel, junto al secretario Eugenio Aguilar y el tesorero Manuel Tarumán, expresa en una carta enviada a las organizaciones críticas a las represas –hoy agrupadas en el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena- que “tenemos el delicado y peligroso megaproyecto de centrales hidroeléctricas de Aysén y si no se le pone atajo en un par de años más se instalaría”. Ante la pregunta ¿qué pasaría entonces?, responden que “ocurriría que ya estaremos totalmente contaminados en nuestro mar”, haciendo de esta forma alusión al impacto que ha generado en el litoral la operación de grandes industrias salmoneras y pesqueras.
“Nosotros como pescadores siempre hemos trabajado solos, incluso hemos llegado hasta las calles peleando por nuestros derechos. Gracias a lo que se ha hecho hemos mantenido lo poco y nada que tenemos de pesca” explican, señalando que se suman a la campaña de oposición a las represas y que “lucharemos hasta dar la última batalla si es posible, para salvar a nuestra gente y nuestras familias”. Por eso llaman a “dejar las diferencias y unirnos todos los sectores, eso es lo que nosotros como sindicatos vemos, porque si no lo hacemos vamos a desaparecer y cuando nos demos cuenta ya va ser muy tarde”.
Contaminación: Los Perdedores de siempre
Si de conflictos con las grandes industrias se trata, los pescadores artesanales saben bastante.
Así lo deja en claro el presidente del Sindicato de Buzos “Los Delfines” de Puerto Cisnes, Miguel Torres, cuya organización está preocupada de que los megaproyectos de HidroAysén sean parte de la avanzada para industrializar definitivamente la Región de Aysén, tanto con represas y líneas de alta tensión como con la minería a gran escala.
Manifiesta por eso su “preocupación por lo que puede ocurrir. Nosotros ya conocemos el actuar de las empresas salmoneras y pesqueras en la región, dando bajos salarios a la gente, depredando el recurso hasta que se agota, contaminando nuestro litoral y matando especies originarias como los lobos marinos, con cero posibilidad de fiscalización de las autoridades”. “Estos grandes inversores que vienen, españoles, se están llevando nuestras riquezas y a nosotros nos dejan la contaminación. Y si se llegaran a construir las represas en esos lugares sería una bomba de tiempo” agrega.
Como ejemplo recuerda que el 2 de abril de 2006 el sindicato hizo una denuncia por la muerte masiva de sardinas en el área de Puerto Cisnes, responsabilizando a la empresa Los Fiordos (productora de Super Salmón del holding Agrosuper). “Nosotros hicimos la denuncia por escrito a la Conama, y ellos la derivaron a Sernapesca y posteriormente a la autoridad marítima de Cisnes. Luego de 15 días fueron al lugar con unos buzos del sindicato, cuando ya no existía nada. Con las evidencias se aprecia que fueron unas 500 toneladas (de sardinas) las que murieron en ese sector, pero ninguna autoridad se hizo presente. Fue un grave problema de contaminación, pero nadie hizo nada por nosotros que vivimos en Puerto Cisnes” puntualiza, solicitando al Gobierno que transparente los resultados de la investigación que se inició en la ocasión.
Creando Conciencia
Pero la visión crítica de estos proyectos en el litoral no es sólo de los trabajadores. Sus hijos también se manifiestan, como el caso de un grupo de niños que enviaron cartas a la Presidenta Michelle Bachelet, con copia a la intendenta de Aysén Viviana Betancourt, donde expresan su preocupación por estos megaproyectos.
Así lo hicieron Yasna Arteaga y Ariel Pineda, de séptimo básico de la Escuela Pedro Aguirre Cerda de Puerto Aguirre, quienes plantean a la Mandataria que la misiva es para “expresar la molestia contra las represas que se instalarían en nuestra región. Y no solamente (estamos) molestos con eso, sino también (queremos pedir) respeto con aquella gente que vive en cercanías del río Baker, ya que muchas veces son irrespetuosos al entrar sin la autorización del dueño”.
Marco Formantel, de octavo básico del mismo establecimiento, señala que “yo quiero ayudar de algún modo a nuestros pescadores y ayudar también a no instalar las represas en el río Baker, porque esa gente quedaría sin viviendas y sin su tan hermoso río. Eso puede ser perjudicial porque podemos quedar sin el pan de cada día, ya que nuestros padres viven exclusivamente de la pesca artesanal, y los padres y trabajadores que viven en las cercanías del río Baker, pueden quedar sin sus animales”. Su compañero Marco Tarumán le dice a la Presidenta que “es obvio que si se vienen para acá (las naves industriales) es porque en los otros lugares no tienen recursos. Las flotas están invadiendo estas zonas que aún tienen recursos y que no se explotan de la manera en que lo hacen (en otras regiones), porque los pescadores trabajan una vez al mes y no es tanta la pesca que se extrae, pero en cambio los barcos pesqueros sacan miles de toneladas al día”.
Desde distintas partes, desde distintas zonas, el litoral de Aysén está comenzando a alzar la voz. La voz ante la amenaza que se cierne por una región que se ha designado y quiere mantenerse, como una reserva de vida.
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