En el Día Mundial contra la Desertificación y Sequía (17 Junio)

comunicados oficiales Dia Mundial de lucha contra la desertificación y sequia
MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, BAN KI-MOON, CON OCASIÓN DEL DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
17 de junio de 2007
La desertificación no es sólo uno de los mayores problemas ecológicos mundiales; también es uno de los principales obstáculos para la atención de las necesidades básicas del hombre en las tierras áridas. Pone en riesgo la salud y el bienestar de 1.200 millones de personas en más de 100 países.
Muchas de las personas más pobres del mundo son también las que sufren más directamente los efectos de la desertificación. Dos terceras partes de los pobres viven en tierras áridas, y alrededor de la mitad habita en explotaciones donde la degradación ambiental amenaza la producción agrícola de la que depende su subsistencia.
Las causas de la desertificación son variadas y complejas. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, aprobada un día como hoy hace 13 años, tiene por objeto promover la adopción de medidas concretas mediante programas innovadores de nivel local, nacional, subregional y regional y de asociaciones internacionales de apoyo. No obstante, la degradación del medio ambiente mundial continúa a un ritmo alarmante y tiene graves repercusiones sociales y económicas. Resulta cada vez más urgente la eficaz aplicación de la Convención, en la que se integran intereses tanto ambientales como de desarrollo.
El tema del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación de este año, “La desertificación y el cambio climático – un reto mundial”, nos recuerda que el cambio climático y la desertificación interactúan en diversos niveles. Son dos importantes manifestaciones del mismo problema. Además, en conjunto amenazan seriamente nuestra capacidad para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio en 2015.
Las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por actividades del hombre están dando lugar a que aumente la temperatura de nuestro planeta. Ya estamos experimentando las consecuencias del cambio climático, y sus efectos adversos se hacen sentir en muchas esferas. Asimismo, para las personas que viven en tierras áridas, especialmente en África, el cambio de las condiciones meteorológicas amenaza con exacerbar la desertificación, la sequía y la inseguridad alimentaria.
Se espera que en virtud del calentamiento global siga aumentando el número de fenómenos meteorológicos extremos, tales como sequías y lluvias intensas, los cuales tendrán un drástico efecto en suelos ya debilitados. A su vez, esta tendencia empeorará la desertificación y aumentará la prevalencia de la pobreza, la migración forzada y la vulnerabilidad ante los conflictos en las zonas afectadas. Por el contrario, los esfuerzos concertados de lucha contra la desertificación —mediante la recuperación de las tierras degradadas, la lucha contra la pérdida de suelos y el restablecimiento de la vegetación—, podrían ayudar a contener las emisiones de gases de efecto invernadero, fortalecer la resistencia de los países afectados y aumentar su capacidad de adaptación al cambio climático.
En este Día Mundial, esforcémonos por enfrentar la desertificación y el cambio climático de manera sinérgica, como parte de un enfoque integrado dirigido a lograr el desarrollo sostenible para todos.
Trabajando para Detener la Degradación de la Tierra
Santiago, 17 de junio de 2007/ CONAF, ODEPA, INDAP, SAG, CONAMA, la sociedad civil y la Cooperación Internacional, quienes forman parte del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, realizarán una serie de actividades durante toda la semana para crear conciencia que este es un problema que afecta gravemente a nuestro país y en el que todos podemos colaborar para que las generaciones venideras se beneficien también de una mayor cantidad de bellezas y recursos naturales
La Organización Mundial de las Naciones Unidas –ONU- estableció que el 17 de junio se celebraría el “Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y Sequía”, fue en 1994 que se instituyó esta fecha momento en el que se creó la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y Sequía. Este es un fenómeno que afecta a más de 100 países en todo el orbe, donde cada año se pierden aproximadamente 6 millones de hectáreas de tierra productiva. La desertificación y la sequía son procesos de degradación que más afectan a las tierras del mundo, poniendo en peligro no solamente zonas productivas, también la salud de la población pudiendo afectar, según datos de CEPAL, a cerca de 1.000 millones de personas
Para luchar contra la desertificación y sequía que afectan a nuestro país, la Corporación Nacional Forestal –CONAF-, la Oficina de Políticas Agropecuarias –ODEPA-, el Instituto de Desarrollo Agropecuario –INDAP-, el Servicio Agrícola y Ganadero –SAG-, la Comisión Nacional del Medioambiente –CONAMA- y la Comisión Nacional de Riego –CNR-, también trabajan conjuntamente en un Programa de Acción Nacional de lucha contra la Desertificación y Sequía. La labor que desarrolla este programa se ha focalizado en ocho biomas –ecosistemas formados por comunidades de seres vivos que habitan un lugar con condiciones climáticas específicas-, estos son Norte Chico, Puna, Secano, Precordillera, Araucanía, Patagonia, territorios insulares y desierto de Atacama.
La estrategia de acción define como ejes estratégicos a la Articulación Institucional, la Participación, el perfeccionamiento de los Instrumentos de Fomento, la Innovación y Demostración y los Sistemas de Apoyo, ya que –a diferencia de lo que se cree- la desertificación no sólo afecta a la zona norte de nuestro país. Así, la reducción de las precipitaciones en la zona sur afecta seriamente a la IX y X Región. En la región de Aysén existe gran preocupación por el avance de las arenas en diferentes sectores, que demuestran que la desertificación está afectando a todas las zonas de nuestro planeta. Asimismo, en la Patagonia, el retroceso de los glaciares registra récords mundiales y es una de las formas en que se manifiesta el avance de los procesos de desertificación y sequía que afectan a nuestro país desde los inicios del siglo pasado.
Sin embargo, nuestro país ha realizado importantes avances en materia normativa para participar de manera acorde en la lucha contra la Desertificación y la Sequía. Los Decretos Supremos N° 202 del año 2002 y el Decreto Supremo N° 71 del año 2003 sobre la recuperación de suelos degradados en tierras de uso agropecuario. Asimismo, se han perfeccionado los instrumentos reglamentarios como la Tabla de Costos del D.L. N° 701 de Fomento Forestal, lo cual ha posibilitado impulsar la recuperación de suelos degradados en tierras forestales desde 2.194,3 hectáreas en el año 2002 a 37.338,0 hectáreas en el año 2005. Así, en los últimos 5 años el Gobierno de chile ha invertido unos US$ 480 millones para intervenir unos 2,4 millones de hectáreas afectadas, beneficiando a unos 414 mil usuarios de los instrumentos de fomento del gobierno que contribuyen a la lucha contra la desertificación y sequía.
Esto ha permitido que nuestro país presente una de las mayores cifras de inversión pública en los instrumentos de apoyo que dan forma al Programa de Acción Nacional, programa al que contribuyen diversos servicios públicos que permiten concatenar las acciones en diferentes sectores, lo que han colaborado en el combate contra la Desertificación y la Sequía.
Para poder atacar el avance de los desiertos en todo nuestro país, se necesita mucho más que la labor del Estado, por ello es vital el rol que ha ocupado la ciudadanía activa, por medio de ONGs ambientalistas, Universidades, Parlamentarios, Empresas con gestión en responsabilidad social y ambiental y muy especialmente la Cooperación Internacional, entre otros actores que han tomado un rol cada vez preponderante en las medidas que se toman para enfrentar esta situación.

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